Los examinadores de la Jefatura Provincial de Tráfico han salido al paso de las declaraciones que el pasado sábado hizo el presidente de las autoescuelas de Burgos, Miguel Martínez, quien explicó que en ocasiones los funcionarios empiezan la huelga antes de las 12, cuando han llevado a cabo el ejercicio práctico a 7 alumnos. En un comunicado remitido a este periódico, Leonardo Calvo, representante en Burgos de la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra), afirma que «ni uno solo» de sus compañeros ha empezado el parón -de media jornada- antes del mediodía.
Asimismo, critican que Martínez quitara hierro al problema de las agresiones que sufren los examinadores, uno de los motivos de la huelga. El presidente de las autoescuelas advirtió de que no tienen razón en quejarse «porque apenas hay», una expresión que no ha sentado bien a los funcionarios, quienes explican que «por ser pocas no son menos preocupantes». «Si algún día le toca a usted no se queje a nadie, porque por una vez en la vida no pasa nada», señala Calvo irónicamente.
En este sentido, piden a Miguel Martínez que «no vuelva a utilizar esta serie de descalificaciones impertinentes e inapropiadas que no aportan nada a la solución del conflicto». Asimismo, reclaman que pida disculpas porque si no se verán obligados a presentar una demanda por injurias, falsedades e incitación a la violencia.
Quejas de los alumnos.
El presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas (Apab) hizo estas declaraciones el sábado, cuando denunció que el parón de los examinadores, unido a la escasez de funcionarios -solo 4 en la capital- está provocando una avalancha de quejas de alumnos que no pueden hacer la prueba práctica en la fecha que quieren.
Los examinadores reclaman la adecuación del complemento específico del puesto de trabajo de examinador a las tareas específicas del mismo, así como la adecuación del complemento específico del resto de puestos propios de la DGT.
También quieren que la entrega de resultados sea en diferido. Se niegan comunicar su decisión sobre las pruebas justo al terminar las mismas «por el riesgo a sufrir agresiones». No entienden por qué en el caso del examen teórico la nota se da después y en el práctico hay que darla en el mismo momento.
Los funcionarios en huelga también abogan por el carácter público de los exámenes y defienden que sigan siendo funcionarios los que sigan evaluando a los ciudadanos.