El juicio a los rumanos que torturaron al anciano de Palazuelos será por homicidio

I. Elices / Burgos
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Muerte «violenta». Francisco Manzanal falleció por el síndrome de encamamiento a consecuencia de las lesiones sufridas

La casa de Francisco Manzanal. - Foto: Alberto Rodrigo

Los rumanos que torturaron a un anciano en Palazuelos de Villadiego el 15 de noviembre de 2011 con el fin de sacarle el número secreto de su tarjeta de crédito serán juzgados por un delito de homicidio. La muerte Francisco Manzanal el 10 de julio, 8 meses después de los hechos, ha provocado que juzgado número 2 de Instrucción haya dictado un auto de conclusión de sumario en el que considera que los ladrones son presuntos responsables del fallecimiento -por muerte violenta- del hombre de 80 años.

La Policía Judicial detuvo a cinco personas en el País Vacos 15 después del suceso. Una de ellas se ha caído de la causa. Siguen imputados Laurentiu I., de 27 años, que había trabajado en una obra del pueblo el verano anterior; Romeo A., de 25; Eugen I., de 46, y Calin F., de 28. Todos ellos están en la cárcel, el primero en la de Burgos, y los otros tres en la de Dueñas (Palencia).

 Estos cuatro hombres, de común acuerdo, acudieron a Palazuelos de Villadiego el lunes 14 de noviembre de 2011 con el fin de robar en varias casas de la calle Santa Eulalia. Primero entraron en el número 6, que estaba desocupada, y se llevaron dos juegos de llaves, una escoba eléctrica, una plancha, tres copas, una espada toledana, un taladro, una sierra y varias prendas de ropa. Luego acudieron a la casa de Francisco Manzanal, en el número 2, pero no había nadie. Entraron por un ventanuco con la ayuda de una escalera. Revolvieron la vivienda en busca de dinero -sospechaban que guardaba allí una buena cantidad tras la venta de unas tierras-. Pero no hallaron nada.

Por la noche volvieron, llamaron a la puerta y les abrió el anciano, a quien le advirtieron que o les daba todo el dinero que guardaba en casa o le mataban, pero no tenía más que 10 euros. Entonces le maniataron -atándole de pies y manos con cinta adhesiva-, le golpearon y le provocaron quemaduras que afectaron al 17% de su cuerpo.

Su objetivo no era otro que amedrentarle para que les diera el número pin de la tarjeta de crédito que previamente le habían quitado. Tras lograrlo, días después sacarían dinero -hasta 600 euros- en cajeros automáticos de Arrigorriaga, Igorre y Galdácano, tres localidades vizcaínas.

También le robaron las llaves de la iglesia, que él custodiaba en su casa. Allí causaron daños en una policromía, en la puerta del Sagrario y en una talla, que se encargarían de reparar los vecinos del pueblo.

Francisco Manzanal fue ingresado en primera instancia en el hospital Río Hortega de Valladolid,  en la Unidad de Quemados. Después sería trasladado al Yagüe y, más tarde, al San Juan de Dios. Permaneció ingresado en la planta de Patologías Crónicas hasta que murió el pasado mes de julio.

La causa del fallecimiento obedeció, según el auto de conclusión de sumario del juzgado, al síndrome de encamamiento provocado por las quemaduras y policontusiones que sufrió el día 15 de noviembre de 2011. De ahí que los cuatro imputados vayan a ser juzgados por un delito de homicidio, si bien habrá de ser la Fiscalía la que califique si se trata de un homicidio imprudente, doloso o un asesinato. También serán procesados por sendos delitos de robo con fuerza y con violencia.

Fue el celo de la empleada de una caja de ahorros la que permitió descubrir al anciano, atado de pies y manos y amordazado, el mismo martes 15 de noviembre. De no haber sido por ello, las consecuencias del asalto podrían haber sido mucho más graves.

Al no localizar a Francisco, telefoneó preocupada a la casa de una mujer de Rioparaíso, municipio próximo a Palazuelos, tras detectar movimientos extraños en la cuenta del anciano. Un hijo de esta señora acudía a Palazuelos después de comer y se encontró al hombre en el suelo, con toda la cara hecha una postilla.