El tiempo corre y los mirandeses no se han puesto manos a la obra para avanzar en el cumplimiento de una nueva normativa, obligatoria, y que afecta a algo tan básico como las viviendas. La Inspección Técnica de Construcciones (ITC), un análisis oficial y regulado de los edificios, tiene desde el pasado mes de diciembre aprobada la ordenanza municipal, pero desde entonces apenas un 1% del total de los inmuebles que deben pasarla este año ya la ha presentado oficialmente en el Consistorio.
Entre enero y mayo se han sellado solo 5 ITC, a las que se unen algunas pocas ya hechas en 2013. Así, entre lo que queda de mayo y diciembre, deben pasarse más de 350, ya que la ordenanza obliga a que en este 2014 la realicen un total de 365 edificaciones de la ciudad, sobre un total que supera las 2.350 construcciones que deberán tenerla hecha en un plazo máximo de cuatro años en base a la ordenanza municipal.
Las primeras en pasarla son las más antiguas, es decir, las construcciones (tanto residenciales como industriales o públicas) levantadas antes de 1936. A estas anteriores se suman los edificios declarados BIC (Bienes de Interés Cultural) y los catalogados con una protección integral en elPlan General de Ordenación Urbana (PGOU), cualquiera que sea su fecha de construcción.
Campaña informativa
En unos días desde el Consistorio se van a enviar unos folletos informativos a los propietarios de los edificios que tienen que cumplir este año el trámite. «Es una inspección obligatoria que deriva de la Ley de Urbanismo, y el Ayuntamiento está obligado a aplicarla, por lo que hemos hecho un reglamento para facilitar el trámite a los ciudadanos», dice la edil de Urbanismo, Aitana Hernando.
Recuerda que no se trata de un impuesto ni tiene un afán recaudatorio, ya que de hecho el Ayuntajento no ingresa nada, al ser los profesionales (arquitectos) los que las deben realizar. «Se trata de una garantía para los propietarios», enfatiza Hernando, ya que de la inspección va a salir un informe que dirá en qué estado de conservación se encuentra el edificio.
En primer lugar se realiza una inspección ocular, prestando deltalle a la estructura o la estabilidad del edificio, el ornato público o su imagen. También hay que facilitar al técnico la entrada al garaje, planta baja, planta entrecubierta, las zonas comunes y, al menos, la mitad de las viviendas para tomar distintos datos y comprobar si está en buen estado.
Se cree que la mayoría de las ITC van a salir favorables, ya que el estado de conservación de las viviendas es por lo general bueno, aunque se intuyen más problemas en las que no están habitadas, donde el mantenimiento es menor. Si el informe es favorable, se revisa por parte de un técnico municipal, y se valida. Si es desfavorable, se proponen unas acciones a realizar en el edificios en un periodo de tiempo para corregir los problemas y, posteriormente, se vuelve a pasar la inspección. A priori, todos los inmuebles habitados y que tienen un mantenimiento «normal» pasarán la ITC sin problemas. Más problemas tendrán, seguramente, aquellas viviendas que están deshabitadas desde hace años, pero en las que, por tanto no ha habido ningún tipo de mantenimiento.
Hernando explica que este año son los inmuebles construidos antes de 1936 los obligados, si bien los plazos establecidos en la ordenanza son una manera de organizar la gestión de las ITC, ya que si no se marca se corre el riesgo de que haya un aluvión de informes o bien se concentren todos en un periodo muy concreto. «Vamos a vigilarlo pero no a ser tremendamente estrictos con los plazos», dice, «porque lo importante es que se empiecen a hacer poco a poco y los propietarios tomen conciencia de que deben pasarlas para así también tener más garantías del estado de allí donde viven».
El año que viene tendrán que hacer la inspección los propietarios de viviendas construidas entre 1937 y 1950, que tendrán que tener sus papeles en regla antes del 31 de diciembre de 2015. El último día de 2016 se acabará el plazo para los que se edificaron entre 1951 y 1959, mientras que para los construidos entre 1960 y 1969 finalizará un año después, en 2017. Los últimos en pasar la revisión de forma obligatoria son los inmuebles que ahora suman poco más de 40 años. Los construidos entre 1970 y 1977 podrán esperar hasta finales de 2018 para hacer su revisión. Después deberán repetir este trámite cada diez años.