El presidente de la Asociación de Hosteleros de Aranda y la Ribera (Asohar)Miguel Ángel Gayubo, ha anunciado a DB que va a promover en el seno de la agrupación la presentación de alegaciones contra la ordenanza municipal para la rehabilitación y conservación de la arquitectura asociada al vino de Aranda por prohibir el uso hostelero de las bodegas subterráneas, lo que limita enormemente la explotación de este patrimonio de la arquitectura tradicional enológica.
Si bien la normativa para la rehabilitación y conservación de las bodegas tradicionales, cuya aprobación inicial se publicó el miércoles en el Boletín Oficial de la Provincia abriendo un plazo de 30 días para reclamar, contemplaba inicialmente como usos compatibles con estas ancestrales galerías los negocios relacionados con la restauración y la hostelería, en la propuesta que se sometió finalmente a debate de pleno, y se aprobó el 24 de abril con la única abstención del PSOE, se optó por retirar este cuestionado epígrafe.
El concejal de Urbanismo, Alfonso Sanz, lo justificaba en que el tema de restauración desaparecía, entre otras cosas, «porque se ponía que no necesitaban aseos y demás, y sería contradictorio», y defendía que sí se permitían usos «más tradicionales» como vinotecas, enotecas y fórmulas mercantiles que fomenten el enoturismo,
Gayubo acusa a los responsables municipales de ceder injustificadamente a la presión de algunas peñas festivas de la localidad, cuyas sedes se radican en bodegas. Especialmente beligerante se mostró la Peña Tierra Aranda que denunció que el único objetivo de la ordenanza era tratar de legalizar las bodegas como establecimientos de hostelería, una utilización que a su juicio suponía «el mayor atentado, después de la destrucción total, contra el espíritu de conservación, mantenimiento y recuperación de las bodegas por lo que implicaría de instalación de equipamientos, muebles y enseres absolutamente ajenos a la estructura y función de tales construcciones».
Aunque reconoce que por ahora ninguno de los socios ha visto frenado ningún proyecto por esta ordenanza, Gayubo considera totalmente «irracional» esta prohibición «cuando en todos los sitios de tradición vitivinícola donde hay bodegas hay negocios montados si ningún tipo de problema y yo por ejemplo he ido a Briones (La Rioja)y he comido en una bodega con muchísimo encanto».
En su opinión no tiene sentido no aprovechar este recurso patrimonial poniéndolo en valor, sin que por ello haya que desvirtuarlo, y estipulando las medidas de seguridad que se consideren necesarias dentro de las limitaciones. «No sé si es que se pensaban que todo el mundo iba a sacar la licencia para dar ahí menús, pues no. Pero hay que dejar opción. Otra cosa es que digan: Mira, tienen que tener una salida de emergencia... Pero ojo que entonces no se pueden utilizar para nada, que no es fácil», alerta.
Y respecto a las peñas, les advierte de que con el planteamiento que han defendido están poniendo también en riesgo algunas actividades que se desarrollan habitualmente en estas galerías, tanto a nivel de las propias agrupaciones recreativas, como los socios individualmente como en citas multitudinarias como Sonorama o la Concentración Motera .
«Están poniendo barreras a algo que están haciendo porque el que no celebra ahí el segundo día de la boda celebra la comunión del hijo y eso no es por el artículo 33.Cualquiera que baje mañana ahí con un catering si no dejan que se desarrolle ninguna actividad por supuesto que no lo van a poder hacer, supongo yo», advierte.