Cansado de la proliferación de pintadas y grafitis en todo el casco urbano, aunque especialmente en el centro histórico, sin que las sanciones administrativas que puede imponer -y que pueden llegar a alcanzar los 1.500 euros de multa- surtan efecto para disuadir en sus incívicos comportamientos a los amigos de pinturas y aerosoles, el Ayuntamiento de Aranda ha decidido ir un paso más allá y trasladar a los tribunales, por la vía penal, unas acciones que generan a las arcas municipales cuantiosos desembolsos. «Son daños de los que está siendo objeto el Ayuntamiento, en tanto en cuanto se encarga de la limpieza», explica la alcaldesa, Raquel González, señalando que al recurrir a los tribunales se busca que pueda imponerse a los responsables de estos daños penas más contundentes, no descartándose incluso trabajos en beneficio de la comunidad que pudieran suponer la limpieza de lo ‘manchado’.
De momento, y gracias a la colaboración de Policía Local y Nacional, ha sido posible identificar a seis grafiteros, cuyos expedientes ya han sido trasladados a los juzgados. Se trata de dos vecinos de Aranda mayores de edad, cuyos datos de filiación responden a las iniciales Juan Carlos G.P. y Sergio B.P, y otros cuatro menores, razón por lo que sus casos serán trasladados también a la Fiscalía de Menores para que pueda actuar y sus progenitores serán los responsables de los daños y gastos que hayan generado.
Las vandálicas actuaciones de estos seis jóvenes, de momento, han generado a las arcas municipales un gasto cercano a los 18.000 euros casi 11.000 solo entre los dos adultos, cantidad en la que se han valorado los costes de reparar los daños causados.
MÁS DE 650 PINTADAS
Ambos cuerpos policiales, en el seguimiento realizado únicamente durante las últimas semanas, han detectado a grafiteros realizando pintadas de forma indiscriminada por toda la ciudad. Aunque principalmente se realizaban en fachadas privadas, también se apreciaron sus acciones en edificios públicos y en elementos de mobiliario urbano, como contenedores de basura.
En total, se cuantificaron cerca de 650 pintadas. De ellas, solo a una de las personas identificadas se le atribuyen 129. Además, en el caso de los dos mayores de edad, solían utilizar los mismos tipos de firma, en concreto tres, con los términos OBULO, ENT y OBL.
La Policía Nacional contabilizó 64 calles afectadas, especialmente la avenida Castilla y las calles Miranda do Douro y María Pacheco. Por su parte, entre los efectivos del cuerpo municipal, elevan hasta 66 las vías en las que podían hallarse pintadas, destacando especialmente Fuenteminaya, Puerta Nueva y San Antón. Sin embargo, desde la Concejalía de Medio Ambiente se reconoce que es difícil establecer un área de actuación concreto, advirtiendo que suelen hacerlo por todo el casco urbano y, con frecuencia, vinculándose a otras actitudes, como el botellón.
Se da la circunstancia de que entre los grafiteros identificados se encuentran algunos reincidentes. De hecho, uno de ellos, tras ser pasar un tiempo en Comisaría en lo que se daba forma a la denuncia, volvieron a ser sorprendidos realizando nuevas pintadas.