Los productos de cosmética van ganando adeptos en el mercado masculino, pero su principal público objetivo lleva siendo prácticamente toda la vida la mujer. Cremas faciales, maquillaje, pinta labios, sombras de ojos, rímel, champúes, acondicionadores, mascarillas capilares, aceites corporales, perfume... decenas de productos forman parte del cuidado diario del cuerpo y de un mercado que evoluciona con las modas y mueve al año miles de millones de euros.
En muchos casos, estos artículos están vinculados, además, al lujo y, por lo tanto, se puede caer en la tentación de adquirir falsificaciones. Esta es la cara B de otro mercado millonario, que mueve un inmenso capital de manera ilícita. De hecho, la Agencia Tributaria ha aprehendido en lo que va de año más de 245.000 productos falsificados en el ámbito de los perfumes, cosméticos y otros artículos de aseo, valorados en casi 5,1 millones de euros.
Según los datos de este organismo, el año pasado el volumen de productos de esta naturaleza incautados también fue considerable, con 152.000 artículos valorados en 10,6 millones de euros.
Esta es una de las actividades delictivas que la Agencia Tributaria persigue desde hace años y que ha dado sus frutos en distintas operaciones, algunas llevadas a cabo en colaboración con las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Una de las más significativas tuvo lugar en 2013, en la llamada operación Bella Durmiente por la que la Agencia Tributaria desmanteló una organización dedicada a la introducción en España de mercancía falsificada procedente de China y al blanqueo de capitales. La red, que operaba desde la Comunidad Valenciana, extendía su actividad al contrabando de tabaco y géneros falsificados. Fueron detenidas 11 personas, se bloquearon 233 cuentas bancarias y se aprehendió mercancía por un valor de 24 millones de euros, entre ellos 300.000 productos falsos, de los que 171.504 eran perfumes.
Acoso constante. En agosto del año pasado, fueron intervenidos en el puerto de Alicante un contenedor procedente de China, también con destino final en Cobo Calleja (Madrid), con 37.000 perfumes y más de 16.700 cremas cosméticas falsificados.
La operación Testa, en febrero de este año, permitió la aprehensión de 29.000 botes de champú falsificados de una conocida marca comercial en dos naves en Málaga y en Chiclana de la Frontera (Cádiz), así como otros 200.000 botes vacíos y tapones, y productos para su elaboración valorados en más de 1,2 millones de euros. Se estima que en los dos últimos años esta trama pudo llegar a fabricar un millón de botes de champú falso. La red constituyó una sociedad para dar apariencia legal a su actividad, que declaró como mayorista de accesorios de vestidos, aunque lo que realmente importaba eran botes, tapones, etiquetas y materias primas procedentes de China.
Hace menos de seis meses también se desmanteló una red que había importado más de 500.000 frascos de perfume falsificado del gigante asiático y Turquía. Su destino era una empresa de Humanes (Madrid).
En el punto de mira. Mientras, el pasado mes de octubre otra trama fue destapada en Tarragona. En el registro de dos empresas se hallaron 594 botes de champú falsificado de una conocida marca comercial y se descubrió que previamente habían adquirido otros 530.000 productos capilares. Por último, el pasado 27 de octubre en la operación Tashken, relacionada con la Testa, se desarticuló una trama para la producción y distribución, una vez más de productos capilares falsificados que no pasaban los controles sanitarios adecuados.
Los dos cabecillas ya habían sido detenidos anteriormente y habían creado un nuevo entramado empresarial para la falsificación de productos cosméticos. En transcurso de las investigaciones se consiguió detener a siete personas y se procedió a los registros varias naves industriales de los municipios gaditanos de Cádiz, Medina Sidonia, Chiclana de la Frontera y Alcalá de los Gazules y en los domicilios de los detenidos en Marbella.
Pero quien tiene la clave para erradicar estas mafias son los propios clientes, que deciden cómo y dónde comprar.