Se apagó la voz negra por excelencia. La cantante estadounidense Whitney Houston fue encontrada muerta ayer en la bañera de su habitación en el hotel Beverly Hilton a los 48 años. Se desconocen las causas del fallecimiento, la autopsia desvelará en los próximos días las verdaderas razones de este triste final. La reina del pop de los años 80 y los 90 se encontraba en el hotel Beverly Hilton preparándose para los premios Grammy que organizaba el magnate Clive Davis cuando falleció. Él fue quien descubrió a Whitney mientras cantaba con su madre en un club de New Jersey cuando solo era una adolescente. La muerte de Houston se une a la de Amy Winehouse, que tuvo lugar hace menos de un año.
La Policía de Beverly Hills confirmó que el servicio de emergencias acudió a la llamada del hotel y encontró el cuerpo de la intérprete de grandes éxitos en la cuarta planta sobre las tres y media de la tarde hora de California. Los médicos trataron de reanimarla durante más de 20 minutos sin éxito. Por su parte, los agentes aseguraron que el cuerpo no presentaba signos de violencia, aunque aún se investiga la causa de la muerte. Según ha publicado la página web TMZ.com, en la habitación de la cantante no se habrían encontrado drogas ilegales ni alcohol, pero sí recetas de fármacos y cajas de píldoras. Además, sus fuentes apuntan a que Houston habría muerto probablemente ahogada, algo que dictaminará la autopsia. «Ella ha sido identificada positivamente por los amigos y familiares que estaban con ella en las instalaciones del hotel, y sus más allegados ya han sido notificados», señaló el teniente Mark Rosen.
El cadáver de la artista fue retirado por la puerta trasera del hotel para evitar aglomeraciones de periodistas, aunque sin éxito, ya que una inmensa nube de cámaras y flashes despidieron a la diva del pop.
Normalmente, los forenses realizan una autopsia en uno o dos días, momento en el que se podría liberar algo de información sobre el fallecimiento, aunque la causa oficial de la defunción no sería liberada hasta que se realizasen las pruebas de toxicología, lo que podría retrasarse ocho semanas.
Su madre, su ejemplo. La cantante, nacida en Newark, Nueva Jersey, estuvo rodeada siempre de talento artístico. Su madre fue cantante de gospel y sus primas eran figuras reconocidas en este género. Y por si fuera poco, tenía de madrina a Aretha Franklin.
A los 11 años decidió seguir los pasos de su progenitora y debutó en una iglesia de su ciudad natal. Así, pasó su adolescencia, entre giras en clubes nocturnos. Pero, pese a su increíble voz, le costó convencer a la industria de que era apta para todos los públicos. Finalmente, dio el golpe con Saving All My Love for You. Houston subió como la espuma. Aquella entrada triunfal está catalogada como uno de los momentos clave para entender la música norteamericana.
El resto fue cuesta abajo. Como era de esperar, mantuvo la fórmula unos años. Eran tiempos de estrellato que coronó con su matrimonio con el cantante Bobby Brown en 1992, aunque él fue el inicio de los grandes males de la actriz. Con él llegaron los problemas de maltrato, drogas y alcohol. Ese mismo año estrenó El guardaespaldas. La cinta y la banda sonora, marcada por la balada I Will Always Love You, supusieron su momento cumbre.
A partir de 2000, su reputación cambió. Después de aclarar cuestiones sobre su pasado, trató de reiniciar su carrera con un tour que le acarreó críticas y cancelaciones. La voz ya no le dio para más.