Muere el anciano torturado por unos ladrones enPalazuelos de Villadiego

P.C.P. / Burgos
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Francisco Manzanal falleció sorpresivamente a medianoche de ayer en el HospitalSanJuan de Dios, sin poder regresar a la casa en la que fue brutalmente agredido hace casi 8 meses

Vista desde la carretera de Palazuelos de Villadiego, donde residía Francisco Manzanal. - Foto: Alberto Rodrigo

Francisco Manzanal Bravo falleció ayer en el HospitalSan Juan de Dios, casi 8 meses después de ser  torturado por una banda de ladrones de origen rumano en su casa de Palazuelos de Villadiego. El octogenario no pudo recuperarse de las gravísimas heridas y quemaduras que los delincuentes le infligieron la noche del 14 al 15 de noviembre de 2011, desde la que se encontraba hospitalizado.

Serán los forenses del Instituto de Medina Legal de Burgos quienes deban determinar las causas de su muerte y el grado de conexión con la brutal paliza que recibió Francisco, de 81 años, aquella madrugada. Fuentes cercanas a la víctima, que apenas tenía familia, aseguran que se fue «apagando poco a poco» durante estos casi 8 meses.Sin embargo, los médicos que le atendían en el complejo asistencial del paseo de la Isla no esperaban un desenlace fatal inminente, puesto que se había estabilizado.

Su muerte se certificó pasada la medianoche de ayer y hoy se celebrará el funeral, a partir de las 12 de la mañana, en la Iglesia de Palazuelos de Villadiego, de la que fue durante muchos años sacristán. De hecho, la llave del templo fue uno de los objetos que le arrebataron sus torturadores, si bien no llegaron a llevarse nada.

Uno de los sospechosos trabajó con una cuadrilla de obreros que realizó diversos trabajos en Palazuelos de Villadiego y a quienes la víctima dejó una vivienda cercana a la suya para que la usasen como alojamiento.

El asalto se produjo la noche del 14 al 15 de noviembre de 2011. Los delincuentes usaron una escalera de la propia víctima para acceder por una ventana de la parte trasera y sorprenderle mientras dormía. Se ensañaron con él, hasta el punto de quemarle los genitales y patearle la cara, para obtener el dinero y las claves de sus tarjetas de crédito, que luego emplearon para obtener dinero.Esos movimientos alertaron a la trabajadora de la sucursal que habitualmente atendían al fallecido, que sospechó y trató de contactar con él por teléfono. Al ver que no respondía, dio aviso a una vecina de la cercana localidad de Valparaíso que, a su vez, envió a un hijo a la casa de Palazuelos. Este encontró al octogenario, tirado en el suelo cerca de la entrada. Aún estaba en pijama, atado de pies y manos y amordazado.

Con  quemaduras en el 17% de su cuerpo y varias fracturas, pasó por los hospitales RíoHortega de Valladolid y Yagüe de Burgos antes de ser trasladado a San Juan de Dios, donde ayer murió.