En busca de tu propia voz

I.L.H. / Burgos
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Teatro Entre Escombros estrena en Escena Abierta 'Fuga per canonem', una obra sobre sirenas que luchan por controlar su cuerpo y su canto. Desde hoy y hasta el domingo en La Parrala

Javier Ariza y Amy Gwilliam protagonizan ‘Fuga per canonem’. - Foto: Valdivielso

Misteriosas, bellas, depredadoras, seductoras... Las sirenas y los poderes que se les asignan hacen que usado como apelativo pueda ser lo mismo un piropo que el insulto más despiadado. La mitología, la literatura y la cultura popular -e incluso Disney- ha hecho que estos seres mitad hembras y mitad aves o peces, según creencias, sean amados y odiados a partes iguales. Pero nadie se resiste a su atracción, aunque eso suponga sucumbir a sus poderes.

Teatro Entre Escombros se ha fijado concretamente en las sirenas del Ulises de Joyce para crear Fuga per canonem. «Hemos querido rescatar un mito, preguntarnos por qué lo es, qué lo convierte en mitología, cuál tiene que ser la representación corporal de un ser que no existe, por qué los seres humanos lo juzgamos...», apunta Javier Ariza, la parte clown de la compañía.

Los guiños a la novela del escritor irlandés están en las tres voces que se entremezclan en el montaje coproducido por Escena Abierta. El único estreno del festival de artes escénicas de vanguardia juega en dos escenarios con tres personajes: el cabaret marinero en el que trabaja la sirena y que es regentado por Hades, dios del inframundo y los muertos; y el faro que habita Luises, exilio de la protagonista porque él es el único hombre capaz de sobrevivir al canto de una sirena.

«Hemos echado mano de la mitología para iniciar el juego, pero poco a poco nos hemos dejado llevar más por los sueños», comenta Amy Gwilliam, el otro cincuenta por ciento de la compañía. «En el fondo -añade- es una mujer luchando por controlar su propia voz».

Después de debutar con El topo y la lombriz, una obra que mezcla clown y drama dentro de una cueva, la compañía Teatro Entre Escombros afianza su hasta ahora corta existencia -nacieron en 2010- estrenando su segundo espectáculo. «Escena Abierta siempre ha querido servir de apoyo a los artistas locales como reconocimiento al trabajo cotidiano de las compañías burgalesas y como reivindicación de sus espectáculos, sobre todo los que investigan en los nuevos lenguajes escénicos», reconoce Ignacio de Miguel, técnico del Instituto Municipal de Cultura que, junto a la Universidad de Burgos y Caja de Burgos organizan este festival que continúa hasta el domingo.

Como ya ocurrió en El topo y la lombriz, la compañía apuesta por mezclar la comedia con la tragedia y el aspecto más serio de la condición humana con el más humorístico: «Nos viene de forma natural» -apunta Amy Gwilliam-. Yo soy melodramática por naturaleza y él es un payaso». Javier Ariza lo corrobora al analizar a los tres personajes que participan en la obra: «El personaje de Amy es el central y los otros dos la acompañan en su viaje; cada uno es diferente pero los dos tienen esa tontería humana que nos une. Supongo que como ahora tengo que hacer dos personajes, soy el doble de tonto», afirma entre bromas.

Pero aparte de esa mezcla de risa y llanto, Teatro Entre Escombros se caracteriza por su apuesta para llevar el teatro a espacios escénicos diferentes. «Con El Topo conseguimos crear una cueva con un toquecito pequeño de luz y el sonido permanente de una gota de agua. En este caso creamos dos mundos escénicos: un cabaret y un faro, a partir de los espacios del Centro de Creación Escénica La Parrala, donde también hemos ensayado», apuntan.

El espectáculo Fuga per canonem está dirigido por el burgalés Jesús Cristóbal bajo el guión de Lowri Jenkins, que también escribió la historia de El topo. «Nos gusta cómo nos interpreta, no tiene miedo y le gusta arriesgar con los clichés», comenta Gwilliam, que se decanta por los espectáculos provocadores. «Queremos sorprender a todos los públicos y que ellos nos sorprendan a nosotros».

Después del estreno en La Parrala (de jueves a domingo), Fuga per canonem iniciará una gira similar a la que han realizado con El topo, que lleva 23 funciones en España y Europa, premios en Toledo y Oropesa, y su próxima participación en el Festival Internacional de Iquique de Chile.

Datos prácticos, dónde y cuándo: En el Centro de Creación Escénica La Parrala (en  el antiguo colegio Eugenio Isasi, de Parralillos, calle Las Infantas, 1), los días 19, 20, 21 y 22 de enero a las 21 horas.

Entrada: Cuesta 6 euros y el aforo para cada función está limitado a 90 personas. Duración aproximada, 60 minutos.