La hostelería afronta un nueva «condena hacia la ruina» tras el anuncio de ayer por la tarde de la Junta del cierre del interior de los establecimientos desde mañana. A diferencia de en anteriores ocasiones, la decisión ha sorprendido al sector y ha agravado el profundo malestar existente después de haber podido desarrollar esta actividad solo durante 26 días desde la última reapertura al 33% de aforo. De hecho, la patronal no ha dudado en calificarla de «injusta» y acusar al Gobierno regional de «maltratar» a Burgos dado que las cifras sanitarias «no son alarmantes».

«El efecto de Navidad y Nochevieja ya teníamos que haberlo notado. Estamos en unos parámetros bastante controlados, junto a Zamora, y la ocupación hospitalaria es baja», precisó el presidente de la patronal, Fernando de la Varga, quien considera que se han vuelto a cambiar los criterios para aplicar las restricciones desde finales de diciembre. En este sentido, aseguró que «nos ha metido a todos en el mismo saco», en referencia al conjunto de la comunidad, además de recordar que la capital burgalesa fue la última de la región al no poder tener actividad dentro de los bares hasta el pasado día 18.

De la Varga tuvo duras palabras  hacia la Administración autonómica al afirmar que «parece que se están riendo del sector» por permitir que el consumo solo pueda realizarse en las terrazas, teniendo en cuenta que, según añadió, «también se han prohibido las cubiertas». «Qué servicio vas a dar con la meteorología adversa de este momento», subrayó, al tiempo que hizo referencia a la situación en la que quedarán los ERTES, «si por limitación o fuerza mayor», ya que de esto dependerán las exoneraciones en las cuotas a la Seguridad Social de los trabajadores.

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