En 1925, tras ganar el Premio Nacional de Literatura por Marinero en tierra, Rafael Alberti realiza con su hermano un viaje por Castilla. Entre los lugares de esa tierra de la que sabía por Machado visita Aranda, Peñaranda, Villarcayo, Pancorbo, Canicosa de la Sierra, Quintanar, Silos, Miranda, Pradoluengo... y le canta a sus paisajes (Castilla tiene castillos,/ pero no tiene una mar./ pero sí una estepa grande,/ mi amor, donde guerrear). Un año después sus versos se publican como La amante en la revista Litoral. A esta edición le seguirán después otras muchas.
Con las fotografías de los mismos lugares en aquella época que conservaba el padre de Máximo López Vilaboa, Máximo López Sanz, todas las ediciones que se han hecho, dibujos que acompañaron distintas publicaciones y expedientes de la censura franquista se ha creado una exposición entorno a Alberti y La amante que desde ayer se muestra en la sede del Instituto de la Lengua en el Palacio de la Isla.
Las imágenes permiten hacerse una idea de lo que vio el autor de El poeta en la calle, un joven de 23 años que viaja de Madrid a Castilla para vender vinos. Con las referencias que tenía de los clásicos, Alberti observa la tierra ribereña que en los años 80 volvería a visitar con otros ojos y la perspectiva del tiempo. La emoción primera y la visión de un pintor que despuntaba como poeta le inspiran una de sus obras más importantes.
Los dibujos, algunos inéditos como el que realizó para una edición argentina, conviven en la exposición con textos manuscritos que en algunos casos presentan variaciones sobre lo publicado y en otros parecen cuadros, como los del poema Por amiga, por amiga./ Sólo por amiga./ Por amante, por querida./ Sólo por querida./ Por esposa, no./ Sólo por amiga.
Los censores
Comisariada por Máximo López Vilaboa y Gonzalo Santonja, la muestra permite acceder también a un expediente completo en la agonía franquista que culmina con la retirada en 1975 de tres de sus libros(La arboleda perdida.Memorias, Noche de guerra en el Museo del Prado e Imagen primera de...).
La Guerra Civil y la dictadura denegaron la publicación de las obras de Rafael Alberti hasta finales de los años 60. En el expediente que muestra la exposición La amante se observa desde la petición voluntaria para publicar una obra, a la respuesta con supresiones «aconsejadas» y, pese a acatarlas, el secuestro de la misma.