Cada burgalés paga a su ayuntamiento 155 euros de media al año en tasas

J. Maiques / Burgos
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Los consistorios de la provincia ocupan el puesto 31 en el ránking de toda España

El recibo de basuras es uno de los que se ha incluido para comparar los precios según municipios. - Foto: Luis López Araico

Los ayuntamientos de la provincia de Burgos no están, dentro de la media nacional y contemplando que existen excepciones de consistorios más caros y más baratos, entre los que más castigan a sus contribuyentes. Así, dentro del conjunto del país se sitúan en un punto intermedio al pagar al año cada ciudadano 155,8 euros en tasas, precios públicos y por licencias urbanísticas o permisos para abrir un establecimiento.

Eso son los datos que ha recopilado el proyecto de Transparencia de Cuentas Públicas, una plataforma de internet que utiliza las cuentas de las administraciones para convertirlos en información útil, y que sitúa a la provincia de Burgos en el puesto número 31 si se mira desde las más caras y en el 22 de las más baratas.

Las provincias que figuran como las más exigentes son, por este orden, La Rioja (335 euros por persona), Tarragona (294), Guadalajara (281) y Baleares (274). En el lado opuesto, en el de los contribuyentes que están menos castigados, se encuentran Orense (92 euros), León (101), Lugo (102) y Pontevedra (102).

De los 52 territorios analizados (se incluyen Ceuta y Melilla), ninguna provincia de Castilla y León aparece entre las más caras. La mayoría de ellas se comportan dentro de la media nacional y en cualquier caso, las que más dinero piden a sus ciudadanos son, por este orden, Segovia, Soria, Ávila, Palencia y Burgos.

Otra de las curiosidades que revela el estudio es que de 2011 a 2012 (se ha estudiado la liquidación de los presupuestos de estos dos ejercicios) se ha experimentado un significativo aumento de la presión fiscal en todo el país.

AÑO ELECTORAL

Las razones de estas subidas generalizadas hay que encontrarlas en la difícil situación económica por la que atraviesan las administraciones públicas, que han sufrido una merma importante de los ingresos por la crisis, y también en los intereses políticos de los gobernantes. Y es que, no es ningún secreto recordar que los ayuntamientos aprovechan los primeros años de legislatura para subir los impuestos y las tasas y, por el contrario, rebajan sus exigencias a medida que avanza el mandato y se aproximan los siguientes comicios. Así, 2011 fue año de urnas y en 2012 ya se había votado.

Por otra parte, ese mapa en el que se refleja lo que pagan los ciudadanos también permite realizar una visión de conjunto por territorios más amplios. Y ahí, se aprecia que las provincias que cobran unas tasas más elevadas se encuentran en el noroeste de la península. Es decir, Cataluña, Aragón, Baleares y parte de la Comunidad Valenciana y Castilla La Mancha.

Del lado contrario, las más benévolas con el ciudadano son, en términos generales, Andalucía, Galicia, Cantabria, Navarra y el oeste de Castilla y León.