Carlos Iturgaiz pasa parte de sus vacaciones estivales en Gallejones de Zamanzas, pueblo de origen de su suegro, desde 1985, cuando en la localidad no había suministro de agua potable, ni alumbrado público ni asfalto en las calles. Allí recarga las pilas después de atender todo el año una ajetreada agenda política.
El ahora eurodiputado Carlos Iturgaiz Angulo, conocido en política por su etapa como presidente del Partido Popular en el País Vasco, entre 1996 y 2004, y el éxito electoral que consiguió para la formación conservadora en las elecciones al Parlamento Vasco de 1998, tiene un «recodo de silencio y paz» en Las Merindades, lejos del mundanal ruido de la urbe. Es la pequeña localidad de Gallejones de Zamanzas, a la que viene siempre cada mes de agosto desde 1985.
Su mujer, Lorena es la responsable de la conexión entre Iturgaiz, natural de la localidad vizcaína de Santurce, y la provincia de Burgos. Sus abuelos paternos Serafín y Rosa nacieron en esta pequeña aldea de montaña y vivieron en ella hasta su marcha «como tantos otros emigrantes» al País Vasco. Tanto Serafín como su hijo Antonio, padre de Lorena y suegro de Carlos Iturgaiz, trabajaron en los Altos Hornos de Vizcaya, pero «nunca abandonaron del todo el pueblo», recuerda Iturgaiz, dado que conservan las casas familiares. Cada verano era y es el rincón donde la familia siempre se reúne coincidiendo con el cumpleaños del patriarca, Antonio.
Cuando los dos hijos del eurodiputado popular eran pequeños, las temporadas en el pueblo eran más largas. Según han ido creciendo se han ido acortando, pero nunca falta a la cita con unos días llenos de sensaciones. La primera y que destaca especialmente Carlos Iturgaiz es la panorámica que se encuentra el viajero que alcanza el Valle de Zamanzas cuando entra por el puerto del Escalerón desde la Nacional 623. En ese momento, nada más llegar con el coche «las vistas del Valle de Zamanzas son espectaculares» y la mente empieza ya a olvidarse de los pormenores del trabajo y del día a día para sumergirse en un pequeño paraíso, que cuando Iturgaiz vio por primera vez pensó que era «una de las zonas más desconocidas y más bellas de España».
«Para un vizcaíno que tiene la estampa del Burgos amarillo de los campos de cereal habituales en el recorrido entre Burgos capital y Madrid, ver un Burgos verde, poblado de bosques, te impacta», admite Iturgaiz. Los cercanos Cañones del Ebro y las bellas localidades del Valle de Zamanzas son los lugares donde pasa los días de asueto un Iturgaiz, que conoció un pueblo allá por 1985 en el que, por no haber, no había siquiera suministro de agua potable. El éxodo que sufrió el Valle de Zamanzas en los años cincuenta y sesenta y que lo dejó prácticamente despoblado hizo que los servicios básicos no llegaran a implantarse en este municipio hasta los años noventa e incluso la primera década de este siglo, cuando algunas familias jóvenes decidieron volver a darle vida y volvió a recuperar un poco el pulso vital. Aún así, a 1 de enero de 2012 sus cinco poblaciones apenas sumaban solo un total de 76 habitantes, muchos de ellos dedicados al turismo y sectores afines, así como a actividades vinculadas con la naturaleza. En el Valle de Zamanzas se localizan... alojamientos de turismo rural.
«Me impactó muchísimo que no hubiera agua, ni alumbrado público ni asfalto en las calles», recuerda el eurodiputado. Pero «desde su primitivismo» ahora todo ha cambiado y dispone de todos los servicios. Eso si, el único «tasco» lo abren los vecinos del pueblo por turnos. Allí se suele tomar el aperitivo matutino, mientras que se desplaza a Pesquera de Ebro por las tardes, entre otras cosas para comprar el periódico. Antes tenía que desplazarse bastante más lejos, hasta Cilleruelo de Bezana o incluso hasta Villarcayo -a unos treinta kilómetros- para comprar el periódico y a la vez aprovechaba para hacer otras compras.
Los Cañones del Ebro y Orbaneja del Castillo son otras visitas habituales en verano para este político que descansa paseando hasta los pueblos cercanos a Gallejones, como Villanueva de Rampalay, Aylanes, Quintanilla Colina o Tubilleja. Siempre que ha podido se ha llevado a amigos a conocer este pequeño paraíso en Las Merindades de Burgos y asegura que todos se sorprenden gratamente. Paseos en bicicleta y naturaleza completan los días de ocio de Iturgaiz que recuerda como «hacía años que no veía la Vía Láctea completa», como la contempla en el cielo nocturno de Zamanzas.
Poco se le ve en fiestas y poblaciones más grandes de la comarca. Admite que su tiempo en Burgos lo deja pasar en tranquilidad, aunque en julio de 1998 aceptó la invitación de la alcaldesa de Villarcayo, Mercedes Alzola, y pregonó las fiestas patronales de la villa.
«Afortunadamente -añade-, el turismo aún no ha llegado en masa a la zona. Pero cuando viene gente se sorprende de ver esa maravilla de paisajes que da la naturaleza en Las Merindades». El próximo agosto, Carlos Iturgaiz volverá unos días a Zamanzas y volverá a leer el mensaje que alguien talló en la entrada del cementerio y que siempre le ha llamado especialmente la atención. Allí dice: Hoy yo y mañana tu. «Una verdad, como un templo», concluye.