La crisis del diésel ya congela contratos en la industria

G.Arce.
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Adecco y Randstadhan dejado de generar nuevos empleos en la automoción desde el verano y no ven visos de recuperar actividad

La crisis generada en torno al diésel tiene un claro reflejo en la parón de actividad que está sufriendo la industria auxiliar del automóvil burgalesa, proveedora de los grandes fabricantes nacionales. Prueba de ello es que las principales empresas de trabajo temporal que operan para este sector en Burgos han visto congeladas las contrataciones desde el pasado julio y hasta la fecha no han vuelto a recuperar el pulso. Las ETT consultadas consideran que es aún pronto para cuantificar los daños de esta crisis puntual -dado que se ha producido en plena etapa estival- aunque algunas ya apuntan a un descenso de hasta un 20% en sus contratos totales con respecto al pasado año al verse lastrados por la polémica suscitada desde el Gobierno en torno a las emisiones contaminantes de los motores de los coches.

La caída de los contratos coincide con los paros puntuales de la actividad que sufren las plantas de ensamblaje de turismos de Pamplona (Volkswagen), Vitoria (Mercedes) y Martorell (Ford), que han tenido que interrumpir o ralentizar su ritmo de trabajo para adecuar sus líneas de producción al brusco crecimiento de la demanda de vehículos con motores de gasolina frente a la caída de los diésel, otrora líderes en el mercado. El cambio de marcha, coinciden todos los consultados, se produce por la penalización sufrida tras la campaña política desatada contra el diésel, el cuestionamiento público de esta tecnología por sus riesgos contaminantes y el aumento de la presión fiscal a estos vehículos aplicada por el actual Gobierno desde este mes de septiembre. 

La sensación en el sector industrial local es de «preocupación y malestar» por cómo se han sucedido los acontecimientos en las últimas semanas y las repercusiones en su actividad 

En concreto, Volkswagen Navarra ha aplicado un ERTE (expediente de regulación de empleo temporal) de ocho días por problemas en el suministro de motores. La fábrica ha permanecido cerrada entre el 3 y el 12 de septiembre. 

Mercedes tiene previsto parar la semana del puente de El Pilar, decisión que tendrá un reflejo inmediato en ARA, planta de Lear ubicada en Villalonquéjar, que detendrá tres días extraordinarios su actividad en octubre (10, 11 y 15).  

«Si en unos casos ha obligado al paro de la actividad, en otras empresas se ha reducido el volumen de producción y eso tiene reflejo inmediato en los contratos procedentes de las ETT, que se han rescindido», explica Juan Ignacio Ruiz, secretario provincial de Industria de CCOO, sindicato que advierte que esta situación tiene consecuencia y genera incerticumbre entre los principales grupos industriales locales, con Antolin y Lear a la cabeza, entre otros. 

flexibilidad. Nadie escapa de esta desaceleración porque la caída en la cadencia de fabricación de vehículos es generalizada en todos los fabricantes nacionales, aunque algunos, como el caso de SEAT en Martorell, están jugando con los días de flexibilidad pactados para adaptarse a la nueva realidad.

Las primeras decisiones que está adoptando la industria auxiliar es quitarse las bolsa de empleo temporal. La mayoría de los contratos afectados son los de auxiliares de producción. 

Desde Randstad aseguran que   el descenso de contratos «ha sido significativo» y puntualizan que comenzó en julio. «Con las paradas de agosto se ha acentuado, lógicamente; y aún no se ha reactivado este sector como en años anteriores», explica Jesús Fernández Lima, director de Zona de Randstad.

En Adecco, por su parte, confirman lo que califican como un «leve  descenso» que se ha hecho evidente en su caso en la segunda quincena de agosto con respecto al pasado año y que en el global de los contratos que realiza esta compañía puede llegar hasta un 20% menos en una primera estimación. Su directora en Burgos, Eva Franco, insiste en que no es una crisis sino una ralentización en su actividad, pues mientras el automóvil acusa el cambio de marcha, el resto de los sectores estratégicos de la provincia, como la industria agroalimentaria o la hostelería, han seguido y siguen tirando de los contratos.

Carlos de Miguel, de ETTde Miguel, confirma este segundo aspecto. En su caso, su compañía local no trabaja mayoritariamente con la automoción pero sí con otros sectores y hasta la fecha su balance es positivo y no atisba nubarrones de importancia en el horizonte.

año récord. Hasta junio, último dato oficial que maneja el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, la evolución de los contratos de puesta a disposición de las ETTalcanzaba una cifra récord en Burgos de 16.675 operaciones, un 3,9% más que el año precedente. No obstante, coincidiendo con la percepción ya detectada por algunos sectores económicos locales, en mayo la tendencia empezó a variar a la baja. Así, mayo y junio terminaron con menos actividad, algo que no había ocurrido en los mismos meses de los cinco años precedentes.  

La mayoría de las operaciones realizados en junio por las ETTfueron bajo la formula de por circunstancias de la producción, la que mejor responde a los cambios bruscos en la carga de trabajo de las empresas. 

A la espera de datos oficiales, todo indica que julio y agosto confirmarán esta tendencia decreciente, acentuada por el ‘efecto diésel’.