La Junta creará este año un sistema de gestión de monumentos en Lara

B. Antón / Hortigüela
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Con este plan director se trata de poner en valor el patrimonio de la comarca, como por ejemplo el Monasterio de San Pedro de Arlanza, con implicación de todos los agentes sociales de la zona

Los ponentes incidieron en la necesidad de esclarecer la titularidad de cada espacio de la abadía. - Foto: Azúa

La Junta de Castilla y León intentará poner en marcha a lo largo de este 2012 un sistema territorial para las tierras de Lara, en el que habrá un plan director que contemple, entre otras cosas, qué monumentos se van a poner en valor dentro de esta comarca y cómo se van a gestionar. Así lo afirmó ayer Blanca González, jefa del servicio territorial de Cultura, que participó en sustitución de Enrique Saiz, director general de Patrimonio de la Junta, en la mesa redonda titulada ¿Futuros para Arlanza? Patrimonio, Medio Ambiente y Sociedad, que se celebró ayer en Hortigüela y en la que participaron Javier María García López, jefe de la Unidad de Ordenación y Mejora del Medio Natural del Servicio Territorial de Medio Ambiente; Melquíades Ranilla, arquitecto responsable del Plan Director San Pedro de Arlanza; y Luis Caballero, investigador especialista en arqueología del CSIC.

Según Blanca González, se piensa en el Monasterio de San Pedro de Arlanza, que cumple este año su 1.100 aniversario, motivo de esta mesa redonda, como el centro de este sistema territorial. «Desde la Junta nunca nos hemos olvidado de este monasterio, siempre lo hemos prestado atención y confío en que este plan territorial salga adelante, además, para cuyo desarrollo es necesaria la intervención de todos los agentes, como son la iglesia, los ayuntamientos y las asociaciones», señaló la jefa del servicio, que explicó que aunque la Junta tutele el monumento, su propiedad es en gran parte estatal y en menor medida privada, y que durante los últimos años se han dedicado a conservar sus ruinas, lo que ha permitido aumentar las visitas en este Bien de Interés Cultural hasta las 13.000 actuales al año. 

La posibilidad de establecer en San Pedro de Arlanza la Casa del Parque del futuro Parque Natural Sabinares del Arlanza y La Yecla, centró gran parte de la intervención de Javier María García López. «Durante el año 2011 se ha hecho una primera valoración de lo que habría que hacer para poner en valor este monasterio como Casa del Parque. Habría que habilitar 400 metros cuadrados del claustro, hacer acometidas de luz y de agua, realizar la adecuación perimetral, crear un aparcamiento y hacer unas serie de senderos en su entorno, lo que sería una inversión de 2.800.000 euros», afirmó García López, que también señaló que aunque la abadía es una candidata privilegiada para ello hay dos motivos que juegan en su contra. «En un primer lugar es el dinero, ya que la administración no puede llevar a cabo ahora mismo una inversión del calado que necesita Arlanza, y en segundo lugar la propiedad, ya que se tiene que disponer de los terrenos para poder actuar sobre ellos».

Por su parte, Melquíades Ranilla hizo un recorrido por las diferentes actuaciones que se han desarrollado en la abadía a través de su plan director durante ocho años. «La restauración que se ha llevado a cabo  pretendía dar seguridad a los visitantes. Gracias a este intervención se pueden hacer visitas guiadas por su interior», señaló el arquitecto, que destacó la importancia de conocer cuál es la propiedad de ciertas partes, como por el ejemplo el ala de monjes, donde habría que intervenir, ya que su colapso parece inmediato. Para Ranilla, además, las posibilidades que ofrece este edificio, ahora en ruinas, son infinitas, «todas las que se las quiera dar porque existen muchos metros».

Gran reto

Las muchas incógnitas que ofrece este monumento, que fue una institución muy importante en la comarca y cuya recuperación es un gran reto, fue de lo que fundamentalmente habló el experto en arqueología Luis Caballero. «La lectura de sus piedras supone un ejemplo magnífico de documentación material, ya que muestran diferentes etapas, con estilos distintos, y que no están bien definidas. Creo que lo principal, desde mi punto de vista, es terminar de dar seguridad y estabilidad al monasterio y después realizar un estudio integral a nivel arqueológico», señaló Caballero.