La formación castellanista Partido Castellano (PCAS) reclama a la Junta de Castilla y León que actúe de oficio, como máxima autoridad en materia de Patrimonio de la comunidad autónoma, ante la Generalitat de Cataluña, para que técnicos de la Consejería de Cultura visiten el Claustro Románico del siglo XII y origen presumiblemente burgalés, descubierto en una finca particular de una mansión privada en la localidad catalana de Palamós, y que está siendo objeto de amplias informaciones por parte de medios de comunicación de difusión estatal, informan en un comunicado de prensa.
Desde el Partido Castellano (PCAS) se exige que los técnicos de la Junta de Castilla y León examinen este claustro excepcional, cuyo origen parece situarse en el sur de la provincia de Burgos, cerca de los límites con la provincia de Segovia, establezcan exactamente la localidad de su procedencia y las condiciones en que se produjo su traslado, determinen su estado de conservación, y elevan ante la Generalitat de Cataluña los oportunos expedientes para su declaración como BIC (Bien de Interés cultural), su inclusión en la Enciclopedia del Románico (sección Castilla y León) y establezcan el procedimiento para su repatriación a las tierras castellanas para las que se construyó, y donde permaneció, hasta su expolio, por espacio de más de 700 años.
Tal y como detallan las informaciones publicadas, el claustro románico de origen castellano “redescubierto”, con evidentes similitudes artísticas con el de Santo Domingo de Silos y con el las huelgas de Burgos, no está inventariado, carece de catalogación en figura de protección alguna, y no está controlado por ninguna administración pública. Se encuentra utilizado como pérgola en la piscina de la mansión que unos potentados suizos poseen en Mas del Vent, en el término de Palamós (Cataluña).
El origen de esta valiosa obra de arte se encuentra en el corazón de la Castilla medieval, en el sur de la provincia de Burgos, y según los castellanistas del PCAS, es un caso arquetípico del expolio que decenas de iglesias, monasterios y ermitas, especialmente románicas, sufrieron en el periodo 1890-1930, en que fueron desmontadas y trasladadas para servir de elemento decorativo en las mansiones de magnates americanos, europeos o catalanes, siendo el caso del multimillonario Hearst, el más conocido. Para los responsables en materia de cultura del PARTIDO CASTELLANO (PCAS), este claustro románico castellano, habría sido expoliado en una localidad segoviana o burgalesa, en entre 1910 y 1920, y habría sido trasladado en cajas Madrid, para ser trasladado a un destino en Norteamérica, pero por circunstancias –probablemente de pérdida de interés por el magnate comprador- quedó en un almacén del entorno de Madrid hasta que en 1958 fue adquirido y trasladado a Palamós. Un caso similar se produjo con el monasterio románico castellano de Óvila (Guadalajara), adquirido en 1929 por el magnate Hearst, desmontado en 1931, que pasó décadas en cajas en un puerto californiano, hasta que en 2003 fue vuelto a montar en la abadía cisterciense de Vina (California).
El PCAS ha realizado en los últimos años, actos y campañas para la recuperación del Patrimonio Cultural y Artístico Castellano expoliado, disperso, descontextualizado, y muchas veces mal catalogado y peor conservado. Estiman los castellanistas que existen más de 4000 piezas artísticas castellanas distribuidas en colecciones públicas y privadas de todo el mundo, especialmente en Estados Unidos, Reino Unido y Cataluña. Solo el Museo Marès de Barcelona alberga más de 200 obras de arte románicas, góticas y renacentistas castellanas. Los castellanistas consideran que este patrimonio salió de Castilla en condiciones de dudosa legalidad, que habría que calificar más como expolio y robo que como adquisiciones legales, y por ello reclaman su devolución a Castilla, como acto de justicia, de elemento identificador del medio rural que las generó y hoy agoniza por la despoblación y como sistema idóneo de conservación y de estudio, dentro del contexto geográfico, histórico y artístico en que fueron diseñadas, realizadas y expuestas por siglos estas piezas; tesis que avala la UNESCO que promueve la devolución de las obras de arte arrebatadas por las potencias coloniales a muchas culturas milenarias de todo el mundo. Recientemente, el Monasterio de la Valldigna, ha sido trasladado desde Torrelodones a su Valencia natal.
Finalmente, cuestiona la situación del claustro románico castellano de Palamós, utilizado como pérgola decorativa en una piscina particular, sometido a los ataques de los productos químicos agresivos utilizados en el mantenimiento de piscinas, sufriendo un clima cálido y salino, propio del Mediterráneo costero, tan distinto del aire seco de la Castilla continental, carente de catalogación y de figura de protección alguna, secuestrado e impedido el acceso por parte de los estudiosos y los amantes del arte en general, sin documentación alguna que acredite su propiedad y las condiciones en que fue ¿adquirido?. Por todo ello, los castellanistas se han dirigido al Servicio de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, para que los técnicos de esta Comunidad Autónoma se desplacen a Palamós y examinen este claustro excepcional, establezcan exactamente la localidad de su procedencia y las condiciones en que se produjo su traslado, determinen su estado de conservación, y elevan ante la Generalitat de Cataluña los oportunos expedientes para su declaración como BIC (Bien de Interés cultural), su inclusión en la Enciclopedia del Románico (sección Castilla y León) y establezcan el procedimiento para su repatriación a las tierras castellanas para las que se construyó, y donde permaneció, hasta su expolio, por espacio de más de 700 años. En caso de que esta agresión al Patrimonio Cultural Castellano se prolongue, los castellanistas no descartan la realización de actuaciones legales y de movilizaciones populares para su recuperación.