Enólogos entre pupitres

B.G.R. / Burgos
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Alumnos del Gómez Escolar aprenden a hacer vino y comercializarlo como si fueran una empresa. Lo hacen en régimen de cooperativa junto a colegios de Italia, Portugal y Francia

Las uvas de tempranillo han llegado procedentes de la Ribera del Arlanza y alguna de la Rioja. Las han pisado en el patio y después se han metido de lleno en el laboratorio para realizar el proceso de fabricación del vino. Ahora queda esperar, pero mientras tanto los alumnos de Secundaria del colegio Aurelio Gómez Escolar no se detienen. Como ya hicieron el curso pasado, se pondrán en contacto con la Universidad de Burgos para conocer la calidad de su producto y también acudirán a la Cámara de Comercio con el fin de perfilar una estrategia de comercialización de su producción previo estudio de posibles mercados emergentes como el asiático.

Toda esta labor forma parte del proyecto Erasmus en el que participa el centro concertado desde el curso pasado. El trabajo en régimen cooperativo se realiza junto a otros tres colegios de Italia, Francia y Portugal, ubicados también en regiones vitivinícolas como la burgalesa. Porque el objetivo del mismo, pasa por recrear el funcionamiento de una bodega, desde la fabricación del caldo hasta su salida al mercado. Un proceso que, tal y como explica el profesor de Ciencia y Tecnología Gregorio Casado, está «directamente vinculado» a los contenidos curriculares de distintas asignaturas de Secundaria como la fermentación (Biología de tercero) o la industria (Tecnología de tercero y cuarto), repartiéndose así por clases las tareas a realizar durante el curso escolar.

Al igual que el año pasado, la producción de este curso es modesta, tan solo una barrica, pero la enseñanza resulta mucho más ambiciosa. «Más allá de lo teórico, estamos aprendiendo de forma práctica cómo funciona una empresa», comenta Pilar Macarrón, alumna de cuarto de la ESO. Una afirmación a la que el profesor Casado añade el fomento de la «iniciativa emprendedora» entre los estudiantes. «Es su vino, tienen que hacerlo bien y buscar la manera de venderlo», subraya.

Cada excursión que realizan, como la que hicieron recientemente a  Vitoria, sirve para hacer un estudio de mercado sobre el posicionamiento de los vinos burgaleses, a lo que también se suman los sucesivos intercambios que se desarrollan entre los colegios participantes. Visitas que, según explica Martínez, incluyen la realización de actividades «prácticas» relacionadas con el proyecto como el conocimiento sobre el terreno de empresas y de centros de investigación vinculados a la enología.

El proyecto se denomina Aphoteque Babelia y su origen parte del propio colegio de la Fundación Caja de Burgos, que hace tres años recibió por esta iniciativa el reconocimiento de la Junta por su «innovación educativa». Después llegó el de Bruselas y con él 21.000 euros de financiación.