Licenciado en Derecho y en Estudios Eclesiales y máster en Ciencias Sociales por la Universidad de Nueva York, a Caballero (Castuera, Badajoz, 1961) se le conoció en los 90 por su labor con los niños soldado de Sierra Leona. Ahora da clases y colabora con diversas organizaciones.
La organización no gubernamental para el desarrollo Persona Solidaridad contó ayer con Chema Caballero para la inauguración de sus octavas jornadas ‘Vivir es ayudar a vivir’. El exmisionero (en 2011 dejó de ejercer el sacerdocio y se desvinculó de la orden de los Javerianos) explicó cómo va la economía en ese continente de tantísimos contrastes en una intervención que tituló ‘África 2013: crecimiento económico y crisis’.
¿Conocer tanto África le hace mirar la crisis española de una forma diferente?
Hay que tener en cuenta que la crisis es una cosa muy europa, muy occidental. En África no hay crisis: las economías que más están creciendo en el mundo en este momento son las africanas. Por eso tenemos que plantearnos que la relación con África tiene que ser distinta porque nosotros estamos decreciendo y allí hay países que están creciendo hasta un 20% anual.
Pero sigue habiendo grandes bolsas de pobreza...
Claro, es la contradicción de África y del momento de cambio en el que se encuentra el continente: Tenemos unas economías muy boyantes y una clase media muy pujante y que está creciendo mucho y al mismo tiempo sigue habiendo bolsas muy fuertes de pobreza, de enfermedad, de analfabetismo... los males endémicos de África. Estamos en un momento de cambio y hay que ver las dos realidades.
¿Cuáles son los países que están liderando ese crecimiento?
Santo Tomé y Príncipe, Ghana, Sudán del Sur o Mozambique están creciendo muchísimo.
Habla de un cambio de relación de Occidente con África ¿Cómo debería ser?
No solo se ayuda a África con proyectos de desarrollo sino tratándola de igual a igual. Que pueda participar en el comercio mundial con las mismas reglas que el resto de los países europeos o norteamericanos. Hay que plantearse la relación con África desde la cooperación, pero no al desarrollo, sino de cooperar como iguales y tener todos las mismas oportunidades.
¿Qué le parece que las ONGD hayan criticado muy duramente los grandes recortes que la ayuda a la cooperación está sufriendo en los últimos años?
Me parece muy bien porque lo que no se puede hacer es, de golpe, cortar con esa ayuda porque está en juego la vida de muchas personas. Hay proyectos que se ocupan de personas con sida, de huérfanos, de reconstruir países después de guerras que hemos provocado desde aquí, lo que no se puede hacer es cortar eso de la noche a la mañana. Es un proceso que tiene que hacerse muy poco a poco.
¿Occidente se ha aprovechado de la falta de justicia en África?
Detrás de cada guerra que hay en África siempre hay una materia prima que nos interesa a nosotros: los diamantes de Sierra Leona, el coltán en la República Democrática del Congo o el uranio del norte de Níger. Son guerras que han sido provocadas por Europa para conseguir esas materias primas.
¿Cómo siguen las cosas por Sierra Leona?
Pues, después de once años de paz es uno de los países que están creciendo mucho económicamente y donde la exportación de materias primas se ha desarrollado muchísimo pero el 80% de los jóvenes -muchos de los cuales tienen ya una gran formación- están sin empleo y esto puede llevar tanto a la frustración social como a que haya un cambio en positivo.
¿Qué fue de ‘sus’ niños soldado?
Ya son adultos y muchos son padres. Nos quedan los últimos 25 del proyecto, que están en la universidad. El otro día uno de los que terminó Derecho me mandó un mensaje diciendo que había aprobado las oposiciones a secretario del tribunal supremo de Sierra Leona, hay noticias muy positiva después de lo que han sufrido estos chavales.
¿Considera que conocemos bien África desde este lado del mundo?
Hay muchos tópicos que los medios de comunicación se dedican a repetir porque muy pocas veces se contextualizan y se buscan las causas de los problemas de ese continente. Hablamos de África como un lugar de guerra, de pobreza, de enfermedades y no queremos darnos cuenta de que mucho de lo que está pasando allí es consecuencia de nuestra forma de vida y de nuestra necesidad de explotar a los demás para mantenernos.
¿Qué tópico le molesta más?
Pues ahora mismo el de que África no avanza debido a la corrupción de sus gobiernos. ¡Joder! ¿Y qué tenemos en este país?
No estamos para dar lecciones a nadie, ¿verdad?
Es lo primero que digo cuando doy clase en la universidad.