Hay personas que nacen para encontrarse y no separarse jamás. Y luego están Guzmán Pérez y Javier López, quienes además de llegar al mundo entrelazados por el destino, supieron canalizar sus máximas pasiones para emprender y labrarse un futuro. Ocurrió cuando, en torno a unas cervezas, uno le habló al otro de las historias que les unían.
Guzmán, el aspirante a ingeniero agroalimentario; y Javier, el ingeniero informático, el emprendedor todoterreno, abrazaban un zumo de cebada cuando un sorbo falto de amargura les golpeó diferente en lo más alto del paladar. «Oye, lo tuyo son las plantas. Y lo mío la informática. ¿Estás pensando lo mismo que yo?», debieron decirse. Y sí, obviamente pensaban lo mismo. Porque Guzmán y Javier, Javier y Guzmán, representan la pareja perfecta, tocada siempre por la magia del mejor truco. Ya no había vuelta atrás. A partir de ese instante, Agroinnovatec sería la madre de todos sus proyectos.
A su primer hijo lo llamaron Planticas, plataforma online de comercio justo mediante la cual pondrían al servicio del consumidor una suerte de lotes de plantas, aromáticas, culinarias, decorativas, germinadas todas a distintas velocidades y en diversos tipos de cultivos: fresas, tomates cherry, albahaca, minicalabazas, cilantro, rúcula, cebollino, hierba de gato, etc.
Su primer objetivo, a corto plazo, está encaminado a satisfacer los deseos de particulares que busquen algo para regalar o un detalle con el que autocomplacerse. «Una planta no es un obsequio cualquiera. Crea contigo una especie de vínculo ya que, aunque no es un animal, tienes que estar pendiente de ella», conceden. Para más adelante, reconoce Germán, tienen pensado dedicarse a «la colocación de plantas decorativas en bares y restaurantes, o a servir, asimismo, de proovedor de plantas para cocina a este tipo de establecimientos».
Y es que por encima de Planticas, pequeña patente comercial con la que decidieron lanzarse, se sitúa la marca Agroinnovatec, matriz del proyecto, y a través de la cual miran al futuro desafiantes.
El diseño de estas ‘planticas’ responde a una línea moderna, fresca e innovadora. «Queríamos hacer algo ‘cuco’ para empezar», añade Guzmán, el encargado de estrujarse la cabeza para que el resultado final de los prototipos recoja el gusto del consumidor. Y a buen seguro que lo han logrado, pues si por algo destacan sus naturales esbozos es por la dulce apariencia con la que entran por los ojos.
La UBU y el Yuzz
Después de aquel trago de cerveza, Guzmán pensó que era una buena idea compartir el croquis de mercado que habían montado con su universidad. A la escuela burgalesa le encantaron sus intenciones y les cedió para su uso (y disfrute) los laboratorios y el invernadero de la Politécnica. Y no solo eso, sino que les permitió acompañarles a la Feria de Lerma y reservarles un espacio en el expositor. Quizá sea por eso que no osan olvidar a quién le deben su primer éxito en el emprendiemiento: «Sin la ayuda de la UBU no habríamos podido seguir adelante. Su apoyo desinteresado ha resultado fundamental», proclaman.
Además, como otros muchos emprendedores burgaleses, Guzmán y Javier han rondado la órbita del programa Yuzz para jóvenes emprendedores. «Entramos en el concurso para la edición de este año con Agroinnovatec y Planticas como carta de presentación y, a falta del veredicto final, ha sido una experiencia realmente enriquecedora», recuerdan.
Las macetas, las semillas, la tierra, parecen lo de menos en una aventura propia, sin intermediarios y con el valor añadido de la fabricación «en casa». Planticas no ha hecho más que germinar.