Junto a las tumbas de los monarcas a los que se rinde homenaje en el octavo centenario de sus muertes e inspirándose en el Códice Polifónico de Las Huelgas, el ciclo de música medieval que acoge el monasterio los dos próximos fines de semana reivindica la importancia de este manuscrito y el del lugar que lo custodia. Cinco conciertos, un taller y un estreno absoluto ponen en valor este tipo de repertorio, monódico y polifónico y fundamentalmente vocal, que hace de Las Huelgas un referente de la música medieval.
Así lo cree Álvaro Guibert, asesor de Patrimonio Nacional, institución organizadora junto a la Universidad de Burgos y el Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). Como «ciclo intenso y de gran rigor» lo definió Antonio Moral, director del CNDM, y como el «análisis de una faceta poco conocida: la música en el entorno de Alfonso VIIIy Leonor de Plantagenet» fue resumido por el vicerrector de la UBU, René J. Payo.
Los conciertos, con entrada gratuita hasta completar un aforo de unas 200 personas (tanto en la iglesia como en la sala capitular del monasterio), representan «un evento poco común y adecuado al tiempo -el aniversario de los monarcas- y el lugar -el cenobio por ellos fundado-».
En cuanto al Taller de Interpretación de Música Medieval, se trata de una actividad novedosa que imparte el prestigioso Marcel Pérèz en el Hospital del Rey, a una veintena de estudiantes. El resultado de es trabajo se demostrará en el concierto que ofrecen el viernes 10.
Del programa destaca especialmente el estreno absoluto de El libro de Leonor, obra compuesta por José María Sánchez Verdú expresamente para el ciclo y para el lugar donde va a ser interpretada. «Se trata del compositor con mayor proyección internacional y la obra ideada para la ocasión se basa, por supuesto, en el Códice de Las Huelgas. Ha creado una pieza desde una perspectiva que hace sobrevivir la sonoridad medieval y la propia del siglo XXI. Centrada en la reina y sus relaciones de familia, la música tiene en cuenta el lugar, repartiendo las voces por la iglesia», resume Guibert.