Radio, televisión, prensa, libro... Muchos han sido los formatos utilizados para contar las historias de los conocidos como niños robados. Esos recién nacidos que fueron arrebatados de las manos de sus madres entre los años 40 y 90 simplemente porque alguien decidió entregárselos a otras personas. Los hombres del saco, de José Luis Gordillo, toma como punto de partida este drama para centrarse en la problemática actual: la imposibilidad de que madres e hijos se encuentren. Una situación que, al igual que los propios robos, tacha de «crimen de estado», dijo, antes de presentar su obra en la Casa de Cultura.
El autor de esta investigación periodística, alimentada por decenas de testimonios, intenta explicar «por qué después de tantos años sigue sin encontrarse a esos niños que desaparecieron y que ahora son adultos con identidad falsa», resume. «Puede tratarse de decenas de miles de ciudadanos españoles», alerta, subrayando el perjuicio que puede suponer para todos ellos no solo a nivel psicológico cuando lo descubran, sino a nivel médico. «Hay enfermedades en las que resulta esencial conocer el historial familiar y, a veces, puede salvarte la vida». Del mismo modo, recuerda que este desconocimiento puede dar lugar a casos de «incesto involuntario».
También se pone en el papel de los progenitores. «Existe una herida que sigue sangrando y no se cerrará hasta que puedan encontrarlos», indica. Un dolor latente sobre el que ha lanzado su propia hipótesis: «Hay un tapón, un bloqueo por parte del Estado porque nadie asume la investigación de este tema a pesar de los tratados internacionales sobre los derechos humanos que tiene suscritos España». Un impedimento que, asegura, ha llegado incluso a boicotear la investigación privada de los familiares. «El hecho más estremecedor que revela el libro es que se está llegando a producir una manipulación de los perfiles genéticos en los cotejos de ADN que impiden a estas personas encontrarse», advierte. «Me he encontrado con varios casos de este tipo y los he comprobado consultando a una genetista independiente», aclara. «Creo que próximamente se interpondrán demandas judiciales contra laboratorios privados», añade.
Una afirmación que quizás sea premonitoria, como lo fue el relato de ficción que escribió en el 2008 pariendo del auto del juez Garzón sobre los crímenes del franquismo. «La novela planteaba la hipótesis de que esos niños arrebatados a las familias republicanas en los 40 y los 50, continuó». Cuál fue sorpresa cuando, al año de publicar el libro, en el 2010, comienzan a presentarse denuncias convirtiendo en realidad lo que era pura invención. A este libro le siguieron numerosos reportajes en Periodismo Humano que concluyeron con un extenso informe sobre el tema y que, finalmente, le condujo a escribir Los hombres del saco. Un título que, explica, escogió por lo que supone esa figura aunque «hubo hombres y mujeres por igual». Personas que, asegura, «tuvieron y siguen teniendo mucho poder. «Cometieron un crimen ideológico. Decidieron que determinadas mujeres no eran sujeto de derecho respecto a su maternidad y estaban legitimados para trasvasar seres humanos de una clase social a otra», lamenta.
«Ese nacional catolicismo ha seguido actuando y es lo que está impidiendo el reencuentro», sostiene. «Es criminal robar a un niño, como lo es impedir el reencuentro. Son crímenes de estado».