Bárbara Reyzábal es la madrileña que responde al nombre artístico de Barei y que hace una semana fue seleccionada como representante de España en Eurovisión. Sin embargo, para muchos vecinos de Caleruega la mujer que viajará en mayo a Estocolmo es también la nieta de uno de sus paisanos más ilustre o, al menos, del que más prosperó: Julián Reyzábal Delgado, promotor y propietario de la malograda Torre Windsor y de una de las grandes fortunas del país, hoy repartida entre sus muchos herederos.
«No conozco Caleruega y Burgos solo de pasada, pero espero poder ir en cuanto pase mayo. Me encantaría poder tocar», afirma en conversación telefónica Barei, de 33 años y obligada por las circunstancias a hablar de una ascendencia a la que no llegó a conocer: su abuelo murió en 1978 y su padre en 1984, cuando ella apenas tenía un año. «Cada uno nace donde nace, pero lo que quiero es hablar de Eurovisión», destaca con un tono de voz que suaviza en cuanto empieza a explicar los pormenores de Say Yay!, el tema en inglés con el que competirá el 14 de mayo.
Sus orígenes han acaparado páginas y páginas estos días por la fascinación que sigue causando que un joven de pueblo, descendiente de una familia dedicada al campo, consiguiera levantar un emporio en Madrid. Como ya publicó Diario deBurgos en 2005, tras el incendio de la torre Windsor, Julián Reyzábal nació en Caleruega en septiembre de 1903, aunque sus padres procedían de Cerezo de Río Tirón y de Belorado. Cuando era adolescente decidió romper con la tradición familiar y marcharse a Bilbao.
Allí, empezó a trabajar en la venta de entradas de cine para pagarse los estudios de Contabilidad y, al cabo de los años, contrajo matrimonio con Milagros Larrouy. La pareja se mudó a Madrid y él siguió vinculado a la industria cinematográfica, trabajando en una compañía de proyecciones. Poco después, creó un cine de verano y empezó a dar forma al negocio que le haría millonario: se hizo con salas de proyección, una productora y construyó otros tantos cines, en cuyos bajos habilitó salas de fiestas. Y como complemento, aprovechó para comprar solares que luego construía. Así levantó la famosa torre Windsor, que surcaba el horizonte madrileño en la esquina de Raimundo Fernández Villaverde y la calle Orense, en Nuevos Ministerios, hasta que el fuego la consumió el 12 de febrero de 2005.
La música
Todo esto, sin embargo, le queda muy lejos a Barei, que lleva varios lustros dedicada a la música: con 18 años ganó el festival de Benidorm, ha compuesto para Malú y Edurne así como para cantantes asiáticos e incluso ha sido telonera de Lenny Kravitz.
Ahora da un paso más y afirma que va a Estocolmo «a ganar». Sin embargo, matiza que con independencia de la clasificación, lo que quiere es poder sentirse satisfecha de su trabajo. «Que se vea que he dado todo de mí y que lo he hecho lo mejor posible», asegura, explicando que ahora quedan meses de trabajo duro. «Te lo juegas todo en tres minutos y tiene que quedar perfecto», concluye.