Con la puesta en marcha del albergue La Fábrica, la localidad de Tardajos aumenta en 36 su oferta de plazas a los peregrinos que deciden hacer un alto en el camino hacia Santiago de Compostela en la villa. Pero esta nueva instalación no es un albergue al uso, sino que se ha tramitado como instalación superior de turismo, por lo que puede acoger, además, a todo tipo de personas que quieran hacer turismo rural, bien de fin de semana, una semana completa o por temporadas. Todos, peregrinos y turistas encontrarán en este rincón de la vieja villa romana la tranquilidad y comodidad que buscan, además de la oportunidad de degustar buena comida al más puro estilo casero.
El albergue turístico se ha hecho realidad en el edificio noble de piedra que albergó una vieja fábrica de harina, fuera del casco urbano. Sus propietarios, Rubén Tobar y Cristina Prieto adquirieron la propiedad hace 21 años con la intención de rehabilitarla como albergue y usos turísticos, dadas sus dimensiones. El sueño se ha cumplido después de no pocos avatares y ahora, convertidos en empresarios, este joven matrimonio luchará por ofrecer los mejores servicios a los peregrinos y caminantes en general.
Las 36 plazas del albergue se distribuyen en dos plantas superiores, mientras que en la baja están los servicios comunes como comedor, sala de estar, lavandería para uso público y aseos. En el primer piso se han dispuesto seis habitaciones de matrimonio muy coquetas y guardando, en todos los detalles, la armonía del inmueble. La segunda planta, con siete habitaciones, es la dedicada a los peregrinos, aunque también su diseño es singular, hay tres habitaciones con dos literas; otra con dos literas exclusiva para chicas y otros tres dormitorios que tienen cada uno dos camas. «Si a alguien no le gusta dormir con cuatro personas y en literas, pues tiene la opción de estas habitaciones con dos camas, de tal manera que solo se compartirá con otra persona», puntualiza Cristina que ha pensado en esta fórmula para hacer más cómoda y agradable la estancia de peregrinos. Todas las habitaciones tienen baño de hidromasaje.
En cuanto a la comida, los turistas alojados tienen posibilidad de contar con desayuno, comida y cena, y los peregrinos propiamente dichos, desayuno, pero dependiendo de las horas a las que llegue, pueden aprovechar y degustar lo que serán las especialidades de la ‘casa’, morcilla, carne a la parrilla, asado, ensalada y picoteo. Sencillo, pero típico de la tierra.
Aunque de momento, el albergue lo atiende Cristina, contratará en breve a una persona para limpieza y plancha. Además del servicio de lavandería, dispone de wifi y el albergue, además de su página web www.alberguelafabrica.com, está ya en las redes sociales y se está introduciendo en las agencias de viaje. Toda una intensa tarea por delante para promocionarse y darse a conocer en todos los rincones del mundo.