La tecnología topográfica estudiará el origen celta del altar de Gete

B. Antón / Pinilla
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Un dron sobrevuela el santuario, lo que permitirá ubicar con exactitud La Peña, conocer su orientación y si guarda relación astronómica y física con otros existentes en la península

 
El trabajo de investigación sobre el altar celta descubierto por María Victoria Palacios e Ignacio Ruiz Vélez en la localidad de Gete, perteneciente al municipio de Pinilla de los Barruecos, sigue su curso. El último avance ha sido la utilización de la tecnología topográfica y de un dron, que sobrevoló este fin de semana el santuario para obtener imágenes a vista de pájaro con el objetivo de continuar desvelando los muchos misterios e información que esconde este antiguo monumento de origen celta, que ya fue objeto de una campaña de excavación en agosto del año pasado, y que volverá a serlo con la llegada de la época estival. 
«Las imágenes aéreas tomadas con el dron van a servir para establecer las curvas de nivel y hacer un levantamiento topográfico, lo que nos va a permitir conocer con exactitud la ubicación de los distintos elementos estructurales de La Peña, o del altar. También se va a poder medir por donde se pone el sol en el solsticio de invierno y en el de verano, así se verá hacia donde está orientado el santuario exactamente», comenta Ignacio Ruiz Vélez, académico de la institución Fernán González. 
El profesor insiste en que no tiene ninguna duda de que este hallazgo corresponde a un altar de origen celta, perteneciente a finales de la Edad del Bronce o del Hierro, por lo tanto de los más antiguos. «Empíricamente ya hemos visto las conclusiones, ahora lo que hacemos es certificarlas científicamente», comenta el investigador, que añade: «Cuando dispongamos de los datos veremos a ver si coincide, bueno tiene que coincidir, con otros santuarios para establecer algún tipo de relación. Es decir, tenemos que poder sacar conclusiones con las mediciones astronómicas para ver las distintas orientaciones». 
Según el historiador, para llegar a determinar que esto es un altar celta debe de haber una conjunción de elementos físicos y astronómicos, que se pretenden determinar ahora.
«Si esa coincidencia se da, y se da en otros altares que se les considera celtas, podremos decir que esto es un santuario celta. Es decir, lo que hemos hecho ha sido aplicar la última tecnología para llegar a esas conclusiones, que hay unas relaciones astronómicas del santuario y que hay unas relaciones físicas que nos permite la topografía del yacimiento para decir con propiedad que esto es un santuario celta», añade Ignacio Ruiz.
 
ELEMENTOS EPIGRÁFICOS. Este nueve paso en la investigación se ha podido dar gracias a la confluencia de distintas disciplinas y a la colaboración de dos empresas: Geomatika y A88 Ingeniería y Servicios Aéreos. Además del trabajo y del tiempo que ha dedicado David Ballesteros, que utilizará la información obtenida para realizar su trabajo de fin de grado en Ingeniería Geomática y Topografía. 
Una vez analizada la información topográfico, este verano se continuará con el trabajo de campo sobre el santuario. «Seguiremos limpiando, yo estoy con la obsesión de que tiene que haber algún elementos epigráfico. Muchos de estos santuarios continuaron utilizándose en época romana, eso quiere decir que los cultos indígenas siguieron realizándose durante muchísimo tiempo. Hay testigos de que en el siglo XV había cultos indígenas, la cristianización no había llegado a todos los estamentos», explica.