Inagotable fuente de inspiración, obra de arte interminable, la Catedral que araña el cielo y la eternidad desde su altura gótica también escarba en las almas más creativas, aquellas que necesitan expresar artísticamente su visión del mundo. Nadie es ajeno a tanta belleza, al influjo mágico, al magnetismo secular del templo más hermoso de la tierra.Cobijo de infinidad de elementos hermosos, la Catedral abrió ayer su corazón a más obras de arte: aquellas que se inspiraron en ella para existir y ser a su vez ejemplos de belleza. ‘Anima Cathedralis’ es el nombre de la exposición inaugurada en la sala Valentín Palencia de la seo y está compuesta por veintisiete de obras de otros tantos artistas burgaleses entre pintores, escultores y fotógrafos.
Una espectacular gárgola de hierro realizada por Cristino recibe al visitante: este grotesco ser imaginario nada tiene que envidiar a sus congéneres de piedra, aquellos que desde hace siglos otean el horizonte en cada rincón del templo; como el que ha retratado Sacris con su objetivo, ofreciendo una imagen única de las alturas catedralicias. Espiritualidad, inspiración, libertad: cada artista ha hecho suya la Catedral, ha proyectado su mirada personal e intransferible con los materiales de la belleza: María José Castaño y ese cielo quebrado de tanto azul en el que la luna y la seo rivalizan por la luz; superlativo Pepe Carazo; deslumbrante Marticorena; impactante Juan Martín Oña, cuya ‘Crucifixión’ es uno de los grandes hallazgos de la muestra...
Carlos Armiño demuestra una vez más su talento y su audacia con la creación de una puerta confeccionada con ciprés y otras maderas; Guillermo Sedano, siempre sublime, ofrece una panorámica más urbana, Rubén Arroyo seduce con la luz invernal y la nieve; Enrique Barrio impresiona con un rostro de Cristo yacente; Juan Mons y Rodrigo Alonso colorean la Catedral en sus lienzos; Igor Torres la lleva a lo más alto; Solaguren la desordena con valentía; Néstor Pavón la esculpe para siempre; Paco Ortega le regala una Virgen con niño; Fray David Leal relata en relieve su historia; el genial Arahuetes entroniza a Balkis; Luiso Orte pinta el Génesis; Fran Herreros se la inventa, todo sugestión y ensueño; Isacio de la Fuente la reconstruye con en cartón; Gerardo Ibáñez y Rufo Criado hipnotizan con las líneas -geometrías del sueño- y juegan a las transparencias con la luz; Paula Cuesta nos deja boquiabiertos mirando el Papamoscas; Paula Sampelayo nos pone la cruz sin ánimo de sufrir; Inés Santamaría, traviesa y alegre, alumbra un explosivo pinjante muy colorido para una bóveda; e Ignacio del Río lleva al templo a la eternidad...
‘Anima Cathedralis’ ha sido posible gracias a la Real Casa de la Moneda. Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, que la financia, y a la colaboración del Cabildo catedralicio.La exposición podrá verse hasta el 31 de octubre de martes a sábados de 11,00 a 14,00 y de 17,00 a 21,00 horas; domingos y festivos, de 11,00 a 14,00 horas.