Quizá como un síntoma de la leve recuperación económica que vive el país el tráfico en el corredor entre Burgos y el País Vasco ha aumentado ostensiblemente, sobre todo el de camiones. Sin embargo es la N-I casi en exclusiva la que ha absorbido los vehículos pesados que este año completan el trayecto entre la capital y Armiñón y que en 2013 no lo hacían. Un 12,1% ha subido en los primeros 9 meses de este año el tránsito de camiones por la Nacional, mientras que por la autopista tan solo ha crecido en un 2,9%. Este dato revela que las empresas de transporte tienen más negocio, pero no están dispuestas a soportar el coste de los peajes.
En números absolutos la estadística que elabora el Ministerio de Fomento es reveladora. De enero a septiembre la media diaria de vehículos pesados que han circulado por la N-I se sitúa en 4.387 mientras que por la AP-1 el número se queda en tan solo 3.069, 1.300 menos. Es llamativo comprobar también que salvo en los meses de verano (julio, agosto y septiembre) y abril (por la Semana Santa) el número de camiones que pasan por la carretera siempre es superior al de turismos, con una diferencia de más de 1.000 en la mayoría de los casos.
De la estadística también se deduce que los conductores de automóviles convencionales o bien le han cogido miedo a la Nacional, precisamente por el exceso de camiones, o bien están hartos de las obras. El número de turismos que circula por ella cada día ha disminuido en lo que va de año un 0,4% respecto al pasado ejercicio. En la AP-1, por contra, el tráfico de coches ha crecido el 6,7%.
La plataforma de la N-I considera que la evolución del tráfico de camiones «bien merece que el Ministerio de Fomento tome medidas para liberar de vehículos pesados la Nacional». Rafael Solaguren, portavoz del colectivo, exige al PP que se pronuncie ya sobre si las partidas que hay en los presupuestos para bonificar los peajes de las autopistas se van a aplicar en la AP-1. En su opinión estaría «más que justificado que la Administración sufragase al completo la tarifa de la autopista a los camiones, dada la peligrosidad que generan en la carretera». Alude a la experiencia en el corredor de la AP-7, en Gerona, donde se ha prohibido el tránsito de vehículos pesados por la N-II mientras se reducía el 50% el peaje para los camiones.
Hay que recordar que el 61% de las víctimas mortales que se han contabilizado en la Nacional en la última década perecieron en siniestros en los que estuvieron implicados vehículos pesados (lo cual no quiere decir que sus conductores fueran los responsables de los mismos).