Aunque excluida del itinerario argumental de Eucharistia, la iglesia de San Nicolás de Bari, la tercera gran pata del patrimonio histórico-artístico de la capital ribereña, cobrará también protagonismo durante el tiempo en que se celebra en Aranda la décimo novena edición de Las Edades del Hombre. Y lo hará de la mano de los fondos que forman parte de la colección permanente del Museo de Arte Sacro de la iglesia de San Juan, que tuvieron que retirarse para convertir este templo en una de las sedes de la muestra religiosa.

Después de varias semanas ‘almacenadas’ en el convento de las Madres Benedictinas del Polígono Industrial Allendeduero, desde que se produjo su ‘desalojo’ de San Juan, se ha decidido poner en valor estas piezas  y conformar con una selección de las mismas una pequeña exposición que podrá visitarse, en principio, también hasta noviembre. «Es una forma de poner en valor San Nicolás de Bari. Están pensando cómo lo desarrollan, pero de momento se ha decidido ponerle un título y vincularlo de alguna manera con Eucharistia. Hay que dar importancia a lo que tenemos y darle cabida», explica Miguel Ángel Gayubo, alcalde pedáneo de Sinovas.

Será alrededor de una veintena  las obras que tendrán cabida en esta muestra y a las que se dotará de unidad con un hilo argumental, indica Juan Álvarez Quevedo, comisario de Eucharistia y quien se está encargando también de dar forma a esta muestra, reconociendo que estará relacionado con la vida de Cristo y de la Iglesia.

Aunque no está definida de forma definitiva su composición, en una primera criba se  ha decidido que entre ellas se encuentren siete de los relieves originales de las puertas de Santa María -el octavo está integrado en el segundo capítulo de la actual cita de Las Edades del Hombre- tres relieves y las tres figuras que componen un Calvario guardado también en la iglesia del concilio.

La muestra se distribuirá entre la pequeña capilla y la antigua sacristía, ambas anexas y situadas a los pies de la nave, y el que se considera primer piso, que coincide con el coro del templo. Para liberar este espacio, todos los paneles explicativos sobre la construcción del inmueble y los trabajos de restauración a los que se sometió hace unos años se trasladarán a la segunda planta.

UN GASTO SIMBÓLICO

Unos trabajos que, en principio, no se cree que resulten muy onerosos ya que, en principio, está previsto aprovechar las peanas y vitrinas que sirven de expositores de las piezas en el Museo Sacro y, en caso de tener que realizar alguna, serán las mínimas.

No se han establecido tampoco las fechas en las que se espera tener en funcionamiento. Para el regidor pedáneo, tiene que ser «sin prisa pero sin pausa». De hecho, estos días se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Aranda para pedirle operarios que se encarguen de trasladar los fondos que compondrán la exposición. Con más calma, sin embargo, se lo toma Álvarez Quevedo, quien advierte de que el proyecto solo «está hilvanado» y hay que empezar por poner de acuerdo a las tres partes implicadas, Delegación Diocesana de Patrimonio y parroquias de Sinovas y Santa María antes de dar pasos en firme.