En un momento en que las cifras de paro juvenil del país escandalizan a media Europa, el BBVA, uno de los grandes bancos españoles, ha confiado en un burgalés de 29 años para liderar su último gran proyecto en el camino que la entidad ha emprendido para abrirse paso en la era digitial. Javier López Chicote, ingeniero de Telecomunicaciones y licenciado en Administración y Dirección de Empresas, es el responsable y el padre de una aplicación para el pago con móvil y para gestión de las tarjetas que en apenas una semana ha logrado ya 15.000 descargas.
Tras compatibilizar sus dos carreras en la Universidad Europea de Madrid y trasladarse a California a completar su formación, López Chicote pasó por el Banco Santander en donde ya trabajaba en las clásicas aplicaciones de las entidades para consultar las cuentas, realizar transferencias... Todo ello después de que en 2010, con la crisis ya más que instalada, tuviera que mandar «unos cuantos currículum y realizar un montón de entrevistas».
Fue en esa estancia cuando conoció «a una persona» de la competencia y en febrero de 2012 fichaba por el BBVA. Al poco tiempo, «el «encargo del Grupo» que le hacían a él y a los que trabajaban en el centro de innovación de la entidad en Madrid era más que exigente: «Tenemos que innovar, ser los primeros. Intentar ser un banco digital».
Con ese reto, este joven ‘teleco’ se puso manos a la obra y se empezó a preguntar qué problemas tendría una persona que no manejara efectivo y solo usara la tarjeta de crédito. Y se puso a ello. Tal y como esperaba, aparecieron «un montón» de contratiempos. Entre otros, poder consular de forma inmedita dónde he pagado, revisar las facturas de las compras y poder adquirir un producto de un negocio de internet que no le inspira la mayor confianza y del que prefiere que solo disponga de los datos de una tarjeta virtual.
Junto a esto, crearon la BBVA Wallet para pagar por el móvil, que se solicita desde la propia aplicación y que, sin la banda mágnética y el chip, llega al domicilio por correo ordinaria. Es, al fin y al cabo, una pegatina que funciona como una tarjeta monedero y que, como la virtual, se puede vincular a una de crédito o de débito.
Una aplicación que aunque con cierto pudor admite que es suya, pero en la que implica, además de a las 10 personas que han trabajado directamente con él, a toda la entidad ya que han sido mucho los elementos que ha habido que tocar para hacerla realidad. En total, nueve meses de gestación para una creación que pronto tendrán en sus teléfonos decenas de miles de españoles y cuya repercusión a nivel personal, reconoce, «me ha sorprendido mucho». Ahora se ha propuesto vivir sin tarjetas. ¿Acabará con ellas?.