La Catedral de Burgos posee un lirismo especial, un halo fascinante y magnético al que no ha sido ajeno la literatura.El escritor burgalés Óscar Esquivias la hizo protagonista de su afamada novela Inquietud en el Paraíso al ubicar en su interior -concretamente en el sepulcro del Arcediano Villegas- el acceso directo al otro mundo. Benito Pérez Galdós la convirtió en la visita obligada del viaje de novios que llevó a Jacinta y a Juan a Burgos en Fortunata y Jacinta. Grandes de la historia de la literatura como Victor Hugo, Alejandro Dumas, Bécquer o García Lorca, entre muchos otros, también recorrieron con su pluma la armonía gótica del templo.
Pero ha sido más recientemente cuando han aparecido en las librerías obras en las que el primer templo burgalés sale retratado; en algunos casos, como el ya citado de Óscar Esquivias, con un papel preeminente. El último caso corresponde a una escritora de origen nórdico, Astrid Nilsen, que acaba de publicar en Ediciones Tagus (e-book) La extranjera. Narra la historia de una misteriosa joven extranjera que se adentra en el templo burgalés buscando confesarse. Durante cuatro días relata al sacerdote cómo su padre asesinó a sangre fría a su madre veinte años atrás en un pequeño pueblo de Noruega. Un asesinato que nadie comprendió en su día y tras el cual su padre huyó del país abandonándola. El sacerdote español escucha la confesión de la extranjera queriendo consolarla. Pero el relato de ella cobra tanta fuerza que el cura se ve obligado a visitar su propio pasado. Un pasado que él mismo hubiese querido seguir manteniendo oculto y olvidado.
El novelista José Luis Corral también erigió en protagonista de uno de sus éxitos al templo castellano. En El número de Dios narra el momento de la construcción de la catedral y de los secretos de los maestros canteros. Más reciente todavía es Los umbrales del templo, obra en la que F. Javier Tabares narra los prolegómenos de la colocación de su primera, cuando el obispo Mauricio plantea la posibilidad de levantarla.
Más historia
La novela histórica es la más propensa a elegir la catedral como un elemento esencial del relato.Además de los dos ejemplos anteriores, de forma tangencial también aparece la joya gótica en novelas como El jardín de la Oca, de Toti Martínez de Lezea, ambientada en el Camino de Santiago en el siglo XIII; El enigma del Cid, de María José Luis, que recorre el templo así como otros hitos cidianos de la provincia;La piscina de Bethesda, de Roberto Llorente, que cuenta un misterio que se prolonga desde el siglo I hasta nuestros días; Y pasó en tiempos del Cid, de José Enrique Gil-Delgado, es una trepidante novela de aventuras en plena Edad Media; a caballo entre el relato de ficción y la investigación histórica se encuentra también el libro ¿Quién mató al gobernador?, donde el profesor burgalés JoaquínGarcía Andrés indaga en el asesinato, a las puertas de la seo, del gobernador civil Isidoro Gutiérrez de Castro en el año 1869.
No son las únicas ni serán las últimas. La catedral de Burgos es un material novelesco de primera magnitud.