Desde el pasado mes de noviembre, el paso por el puente romano de Cañizar de Argaño está cortado al tráfico, después de que una cosechadora destrozara buena parte del mismo al atravesar por el camino hacia una finca para recoger el girasol. La primera medida tomada por Blanca Sagredo, alcaldesa de esta pedanía perteneciente al Ayuntamiento de Isar, fue vallar la zona y colocar el cartel que prohibe el paso para evitar que vehículos o personas puedan sufrir algún accidente y que, incluso, el peso sobre el mismo pueda hacer que se produzcan más desprendimientos que los propios del momentos del impacto, que ya fueron considerables como se puede apreciar en las fotografías.
Desde entonces, la regidora ha trabajado denodadamente para poder acometer las obras de restauración del puente romano, llegando a un acuerdo con la compañía aseguradora de la cosechadora, quien se hará cargo de aportar el montante económico - presupuestado en torno a los 1.600 euros- que supondrá el arreglo de los desperfectos, e incluso contactando con algún constructor que está dispuesto a ejecutar las obras, además de solicitar los pertinentes permisos de la Confederación Hidrográfica del Duero al haber caídos las piedras del pretil al río Hormazuela. Además, en un primer momento, puso el suceso en conocimiento de la Guardia Civil, que ha elaborado el pertinente informe.
Sin embargo y a pesar de la impaciencia que ya existe entre los vecinos de Cañizar de Argaño, se está cumpliendo el dicho las cosas de palacio van despacio, ya que el la junta administrativa, como es pertinente, ha tenido que informar del asunto a Patrimonio de laJunta al tratarse de una infraestructura catalogada. La próxima semana, con total seguridad, técnicos de la sección de Cultural y Patrimonio de la Delegación Territorial viajarán hasta la localidad para ver in situ el puente y determinar de qué manera hay que proceder a su reconstrucción.
La alcadesa, que había planteado aprovechar la reconstrucción del puente para acometer obras de refuerzo en el camino sobre el que se asienta y la posibilidad de ensancharle para facilitar el paso de los vehículos agrícolas, cada vez de mayor tamaño, tendrá que espera al informe de los técnicos de Patrimonio tras la visita para saber cómo se debe actuar en el puente y si puede ejecutar el proyecto complementario que, en todo caso, se sufragaría con cargo a las arcas municipales. Al tratarse de un puente catalogado, ahora mismo hay dudas de lo que se pueda permitir. En todo caso, lo prioritario es, añade la regidora, reconstruir el puente sacando todas la piedras que han caído al río y colocándolas. Incide, además, en la importancia de acometer la obra dejando la infraestructura como estaba. En este sentido, recuerda que hace unos años, al realizar las obras de acometida del abastecimiento de agua, también se causaron desperfectos, tanto en el camino como en el pretil;si bien, la empresa lo arregló, lo hizo de forma poco respetuosa ya que en vez de piedra utilizó ladrillos. Ahora es de suponer que se obligará a respetar el valor arquitectónico del puente. Sagredo lleva desde noviembre trabajando en acelerar los trabajos de reconstrucción, por eso ayer se mostraba disgustada porque algunos vecinos en vez de preguntarle a ella sobre el tema, lo hacen en otros ámbitos. Añade que es la primera interesada en que se haga la obra y que no ha regateado esfuerzos, primero para pedir responsabilidades al causante del destrozo, y después, para que se arregle cuanto antes.
El camino del puente romano es muy transitado por los vecinos, ya que conduce a fincas de cultivo y a la ermita de la localidad, por la que se siente una especial devoción. Por otra parte, según diversas fuentes, este camino es una de las rutas subsidiarias de la Vía Romana, desde Tardajos a Sasamón.