Agentes de la Guardia Civil tachan de «ridículas» algunas de sus funciones

DB / Miranda
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La Asociación Unificada denuncia que los Agentes de Puertas deben poseer el «don de la ubicuidad» para poder cumplir todas las normas

La Asociación Unificada de Guardias Civiles ha denunciado la situación que atraviesan los catorce agentes destinados en Miranda  que se turnan a la hora de atender a los ciudadanos que acuden a sus dependencias para realizar cualquier gestión. Son los denominados Guardias de Puertas, y según han manifestado a través de un comunicado, deben cumplir una serie de normas -algunas las tachan de «ridículas»- si no quieren ser sancionados.

Entre sus misiones destacan «vigilar permanentemente el edificio por dentro y fuera» sin moverse del sitio puesto que tiene varias cámaras, atender a los ciudadanos, recoger sus denuncias, limpiar los vehículos, abrir las puertas peatonales y de vehículos, custodiar el material inventariado y «no distraerse con cualquier objeto» (sin definir cuáles). Al margen de todo esto, también deben acompañar a las visitas a las viviendas cerciorándose de que son recibidos «incluido si van el butanero o el fontanero», apuntan, vigilar a los detenidos, mandar las incidencias a Burgos e incluso no dejar que nadie que vista «indecorosamente» esté en las dependencias. También se destaca que «no pueden tener descanso» pese a que lo ordenado son 30 minutos, ni pueden estar acompañados, ni siquiera por sus propios compañeros.

Un «varapalo»

Esta última orden ha supuesto para estos agentes un «varapalo», pues «el compañerismo ha sido una de las señas de identidad de los Guardias Civiles», sostienen. No pueden estar acompañados o que otro agente, libre de servicio, esté en las dependencias, aunque solo disponen de un ordenador que, tal y como recalcan, debe ser utilizado por todos para ver las noticias internas o estar al día de la legislación. «Esta norma recuerda a épocas preconstitucionales, limitando la comunicación entre compañeros como si de un grupo de maleantes se tratara, pues en la cabeza de algún jefe se barrunta que se juntan para conspirar contra ellos», valora la Asociación Unificada de Guardias Civiles.

        Desde este colectivo consideran que estas normas, incluidas en el Libro de Régimen Interior vigente desde el pasado mayo, están provocando que los Guardias de Puertas del cuartel de Miranda estén «desmoralizados», ya que además de utilizar un «lenguaje perverso» incluyendo palabras como ‘permanentemente’ o ‘inmediatamente’ su «único objetivo», tal y como están redactadas, «es tener una excusa para sancionarles disciplinariamente según el capricho del jefe de turno». Y es que, según matizan, «unas obligaciones impiden cumplir otras. Es más, consideran que para poder acatar toda esta normativa los Guardias de Puertas en Miranda «deben poseer el don de la ubicuidad, aunque curiosamente no existía esta materia en la academia de Baeza», mantienen.

Los mandos, tres líneas.

Toda esta serie de normas contrastan con las obligaciones de los mandos que, según la Asociación Unificada de Guardias Civiles, son «tres líneas» incluidas también en el Libro de Régimen Interior.

Por último, explican que si los Guardias de Miranda no atienden al público como debieran será porque con cumplir las normas internas tienen suficiente para estar ocupados todo el día.