La Diputación de Burgos dejará de ser la única institución provincial de todo el país con un capitán de barco en su plantilla, como en más de una ocasión ha criticado el portavoz socialista,José María Jiménez, si prospera la propuesta del equipo de gobierno de extinguir el servicio del barco SanCarlos de Abánades, en el Canal de Castilla.
Seis años después de su puesta en funcionamiento, la singladura de esta embarcación, con base en Melgar de Fernamental y adquirida por la Junta de Castilla y León para la Diputación, llega a su fin y ahora se abre una abanico de posibilidades para gestionar este recurso turístico, pero en cualquier caso no será la Diputación la que se haga cargo de este servicio o cuando menos del personal necesario para prestar el mismo. Tampoco el Ayuntamiento de Melgar de Fernamental, según manifiesta la alcaldesa, Montserrat Aparicio, puede asumir ese gasto por lo que la fórmula más viable, apunta, es sacar a concurso este servicio junto a la explotación del hotel de Carrecalzada, instalación que este año ha estado cerrada y que ya ha sido cedida por la Diputación al Ayuntamiento, aunque éste está a la espera de recibir una autorización de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para poder licitar la gestión y explotación de estas modernas instalaciones hoteleras junta al Canal.
«El servicio del barco no lo puede asumir o sostener el Ayuntamiento de Melgar porque no podemos tener más personal fijo», manifiesta Aparicio, quien recuerda que las diputaciones de Palencia y Valladolid, también integradas en el Consorcio del Canal de Castilla, son las que se encargan de la explotación de los tres barcos que tienen en el Canal a través de un contrato de servicios.
«El barco es propiedad de la Diputación de Burgos y al igual que otros recursos turísticos, creo que por ejemplo Clunia no es rentable, es deficitario, pero hay que cuidar el patrimonio y dar el servicio, que desde luego no es una competencia municipal», afirma Aparicio, quien espera llegar a un acuerdo con la Diputación para poder licitar de forma conjunta la gestión del barco y del hotel, «esto es lo razonable y lo más viable», afirma.
La propuesta de extinción del servicio del barco que plantea el equipo de gobierno, y que será efectiva a uno de enero, ya no hay puesto de capitán en la RPT de 2015, se estudiará hoy en el transcurso de la Comisión de Cultura de la Diputación con el fin de que, una vez informada, se apruebe definitivamente en la junta de gobierno y en el pleno de la Corporación previsto para mañana.
A la espera de llegar a un acuerdo, entre la Diputación y el Ayuntamiento de Melgar, «hay tiempo hasta que comience la próxima temporada», apunta Aparicio, lo cierto es que el equipo de gobierno quiere ‘deshacerse’ del barco, o mejor dicho dejar de prestar este servicio, por el coste en personal para las arcas provinciales.