Este año se cumple el 150 Aniversario de la llegada de los agustinos al antiguo monasterio premonstratense de Santa María de la Vid, un importante enclave monacal que tiene su origen en el siglo XII. En 1836 es abandonado como consecuencia de la Desamortización de Mendizábal y en 1865 es encomendado a la Orden de San Agustín para que lo destine a casa de estudio y formación. En este monasterio ribereño existe un lienzo de grandes dimensiones con una iconografía muy peculiar y que, casualmente, explica la relación entre los dos fundadores de las dos congregaciones religiosas que han ocupado el monasterio.
Este cuadro data de mediados del siglo XVII y en 2012 fue expuesto en las Edades del Hombre de Oña. Pese a su carácter anónimo, cabe señalar que es probable que participara en él más de un autor porque mientras algunos de los rostros están tratados con cierta maestría, hay otros que están pintados con gran torpeza, especialmente los de la parte inferior. El cuadro representa una especie de árbol genealógico, lo que se conocía como árbol seráfico, con 50 personajes, entre los que figuran los principales miembros de la orden premonstratense. Entre ellos, santos, beatos y dos papas.
Con esta obra se trataba de honrar la orden premonstratense y sintetizar su historia a través de sus más destacados personajes. El personaje que aparece recostado es el fundador de la orden, San Norberto de Xanten (1080-1134). Junto a él está San Agustín de Hipona que le entrega la Regla de los Canónigos Regulares. Con esto se representa que, aunque San Agustín vivió más de siete siglos antes es el inspirador de la nueva orden religiosa. Sobre el conjunto aparece Cristo crucificado, que se apareció a San Norberto en 1122 para indicarle el lugar donde debía fundar su primera iglesia y que aparece reflejada en la parte inferior derecha. Debajo la Virgen María, representada como la Inmaculada Concepción, en cuyas manos está la casulla que impuso a San Norberto. El dogma de la Inmaculada Concepción fue defendido desde la antigüedad tanto por premonstratenses como por agustinos.
LOS PROTAGONISTAS
Un cuadro de características muy similares al que hay en la Vid se encuentra en el convento femenino premonstratense de Zwiereznyec (Polonia). En este cuadro no aparece representada la Virgen María, a cada lado del árbol se representa la rama masculina y la femenina, y el obispo fundador aparece dormido. En nuestra representación se ve claramente que el árbol es una vid de la que además de los frutos propios, las uvas, también salen los frutos de la orden premonstratense que son sus santos y personajes principales. Todos son santos cuya devoción y conocimiento son prácticamente nulos en Castilla. Casi todos datan de los siglos XI y XII, y son originarios de regiones situadas en lo que actualmente es Alemania y Polonia.
En el ramal superior, de izquierda a derecha, nos encontramos con el que podría ser un cardenal de los que intercedió ante el papa Honorio II. A continuación una figura coronada, que representa al principie Wladislao de Opole (que favoreció la introducción de la orden en Polonia y que tanto protagonismo tuvo en los inicios de la devoción a la Virgen de Czestochowa), después el papa Anastasio IV (que pudo ser premonstratense y que ocupó la sede de Pedro entre los años 1153 y 1154), los obispos de Ratzeburg San Evermod y San Isfrid; el conde San Godofredo, que aparece coronado, que renunció a su vida de lujos y entregó su castillo de Cappenberg a San Norberto para que hiciera en él un monasterio premonstratense; el obispo Milón de Thérouanne; Adriano IV, el único papa inglés de toda la Historia y cuyo pontificado fue entre 1154 y 1159; el mártir San Alberico y el obispo San Vicelino, apóstol de los wendos. Todos estos personajes son del siglo XII.
En el segundo ramal los beatos Carbuberto y Calovino, el obispo mártir San Ludolf de Ratzburg, los beatos Leonor y Santlus, el abad de Mariëngaarde San Federico; el converso beato Macario de Bellapaïs; el beato Domingo de Campdespina (primer abad de la Vid y por eso aparece en su pecho la imagen de la Virgen en medio de la viña); Santa Gertrudis de Altemberg y el obispo San Gilberto.
En el ramal central aparecen: San Rapilfo, la beata Isabel de Füssen, el beato Enrique de Licque; el abad San Gilberto de Neuffontaines; San Eelko de Lidlum, que aparece con unas rosas porque fue lo que apareció cuando creyeron otros frailes que había escondido vino en su manga, después le mataron tras acusarle de hechicería por este cambio; San Hermann Joseph, abad de Steinfeld -cuya santidad fue reconocida siete siglos después de su muerte; la beata Anastasia, abadesa de Treptow; San Simón, el beato Rabodo de Parc y San Meinhard de Segeberg, primer obispo de Letonia.
En el siguiente ramal, nos encontramos con los siguientes personajes: un fraile sin identificar, San Geraldo de Béziers, San Arnoldo; la beata Gertrudis, abadesa de Altemberg y princesa por ser hija de Luis IV de Turingia y de Santa Isabel de Hungría; San Hroznata, un duque de la Bohemia que al quedar viudo ingresó en el monasterio de Teplá que por defender los derechos de éste fue apresado y encadenado hasta que murió de hambre -por eso aparece con unas cadenas-; el obispo mártir San Enrique de Upsala, apóstol de Suecia y Finlandia; el beato Rainero de Auxerre, el beato Folcoldo, la abadesa Victoria y el abad San Siard de Mariëngaarde. En el último ramal se encuentran: un santo sin identificar, la beata Bronislawa de Cracovia, abadesa de Zwierzyniec; San Adrián Janssen de Hilvarenbeek, martirizado en 1572 por los miembros de una facción calvinista en la ciudad holandesa de Gorcum; el beato Ludovico; un fraile anónimo que entrega una ofrenda de flores a la Virgen María; un santo mártir que podría ser el otro fraile premonstratense martirizado en Gorcum, San Jacobo Lacops de Oudenaar; el beato Walter de Vicogne; la beata Eleonora; el beato y mártir Peter Janssens y el obispo San Arvero.