Con indignación por el trato recibido, enfadados por no haber sido consultados, los vecinos de Santa Cruz del Valle Urbión, localidad ubicada en plena Sierra de la Demanda, parecían contrarios a la ubicación de una planta de extracción de caliza junto a sus casas, a 200 metros de distancia de la última vivienda y encima del río Genciana, afluente del Urbión y que van a parar al río Tirón.
La Empresa Canteras La Carrada tenía acuerdos previos con Pradoluengo y Garganchón desde 2010 para ubicar una actividad minera. Pero los vecinos de Santa Cruz, propietarios de terrenos afectados, consideran nefasto y de un fuerte impacto ambiental en una zona muy protegida por su extraordinario paisaje, montes y valles, sus acuíferos y ríos. Los vecinos creen que la cantera supondría un efecto nocivo que produciría en todo el entorno y les condenaría al despoblamiento y la pérdida de sus medios de vida como la explotación forestal y ganadería extensiva.
Juan Colomo, teniente de alcalde de la Junta Administrativa, expuso el resultado de la reunión con sus vecinos de Garganchón, núcleo habitado dependiente de Pradoluengo y en cuyo término, lindante con el de Santa Cruz, se ubicaría la cantera. «No hemos conseguido un compromiso firmado pero sí llegar a un entendimiento. No deseamos confrontaciones sino diálogo», apuntó.
La explotación de esta cantera afectaría a una superficie de 236.422 metros cuadrados, con una estimación de extracción de más de 5 millones de toneladas en grandes camiones.
Fauna, vegetación, paisaje, geología, hidrografía, hidrogeología, patrimonio arqueológico, infraestructuras y, el más importante, medio humano, son elementos a considerar y que obligan a los vecinos a oponerse de manera unánime e irrevocable a la creación de la cantera.