Mientras en los despachos políticos se debate sobre la viabilidad o no del ferrocarril Madrid-Aranda-Burgos, la estación de El Montecillo volverá a recibir en noviembre o diciembre la entrada en sus andenes de un tren gracias a la iniciativa planteada por la renacida Plataforma Ciudadana por el Ferrocarril. Este colectivo, apoyado por la Asociación Burgalesa de Amigos del Ferrocarril, el Ayuntamiento de Aranda y Desarrollos Industriales Prado Marina, fletará un convoy en el último bimestre del año para reivindicar la plena vigencia de este trazado ferroviario y exigir su revitalización para el transporte de mercancías y, si fuera posible, incluso de pasajeros. «Lo que queremos es que las autoridades se den cuenta de que el tren es indispensable para la industria y para la pervivencia de las empresas del Polígono Prado Marina y del Polígono Allendeduero, que están peligrando muchos puestos de trabajo», indica Antonio Linaje
El viaje, en principio, está previsto que discurra entre Miranda de Ebro y Aranda de Duero, con paradas al menos en Burgos y Lerma. Incluso, si fuera factible, no se descarta poder alargar el trayecto hasta la localidad segoviana de Riaza. «Aunque nos hubiera gustado poder llegar a Madrid, es imposible por el derrumbe de Somosierra, que aún no se ha solucionado», señala uno de los promotores.
Aunque las gestiones para fletar el convoy se iniciaron con la propia Renfe, la falta de entendimiento ha hecho que los impulsores de la iniciativa hayan descartado contratar con ella el mismo «ya que nos han puesto bastantes pegas». Será al final un tren de líneas históricas de la Asociación para la Recuperación de Material Ferroviario (AREF), arrastrado por una locomotora también de características singulares y en el que se podrá montar un máximo de 240 personas.
El coste del proyecto aún no está cerrado, ya que se está pendiente de concretar tanto la cantidad que habrá que pagar por el tren como al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) por el uso de la línea. Sí que se empiezan a barajar ya los precios de los billetes, que podrían oscilar entre los 40 euros si se sale de Miranda de Ebro y 30 si se coge en Burgos, en ambos casos por el pasaje de ida y vuelta. Las tarifas, en cualquier caso, no están cerradas ya que podrían reducirse en función de los apoyos económicos que se consigan.
Para difundir la iniciativa e ir recogiendo nombres de personas interesadas en participar en la misma, se ha instalado un puesto en la Feria de la Ribera desde la que se facilita toda la información al respecto al mismo tiempo que se recaudan fondos para poder llevarla a cabo. Además, en un segundo objetivo, también se busca la adhesión de nuevos miembros a una plataforma que, en esta segunda etapa, cuenta con poco más de media docena de socios. Además, se dispone también de pliegos para continuar con la recogida de firmas exigiendo la reapertura y potenciación de la vía.
Respecto al supuesto estudio de viabilidad, desde este colectivo se considera que no hace falta profundizar demasiado para darse cuenta de que en el estudio realizado en 2005 ya se constató la rentabilidad de la línea y, ocho años después, lo que se ha producido es la llegada de nuevas empresas que requieren un servicio ferroviario para nutrirse de materia prima y dar salida a su producción.