La Catedral de Burgos alberga en su interior instrumentos que dotan a la provincia de un rico patrimonio musical y que gracias a su importancia en el culto ha podido mantenerse en activo enfrentándose al paso del tiempo. Son cinco los órganos en funcionamiento con los que cuenta la seo y entre los cuales se encuentra el más antiguo de las tierras castellanas.
Un instrumento de viento antiguo y delicado que no todo el mundo tiene el privilegio de tocar. Guillermo Díez e Inocencio Fernández, organistas y este segundo también cantor y director de coro, son dos de los privilegiados que confirman que el órgano suena todos los días con motivo de las liturgias, eventos como las bodas o varias misas diarias que se acompañan con su armonía.
Díez comenta que confundir el órgano con el piano sería como afirmar que la guitarra y el violín son el mismo instrumento, y es que el órgano consiste en una serie de tubos que pulsadas sus teclas ofrecen el sonido del aire producido por unos fuelles. Gracias a un ventilador eléctrico y una serie de registros controlados por el músico dotan a dicho sonido de una determinada peculiaridad que Díez y Fernández conocen a la perfección. Cada día ambos prestan sus habilidades musicales en los eventos y celebraciones. Además se realizan diversos conciertos, ofreciendo a la catedral y a sus visitantes un ambiente sonoro, atractivo y peculiar, característico de la época barroca.
4José Antonio, junto al órgano de la iglesia de la Inmaculada Concepción en su pueblo natal, Villaveta. - Foto: Christian Castrillo Díez y Fernández confirman que es preciso un mantenimiento ya que se trata de un instrumento delicado y muy antiguo que sufre los cambios de temperatura debido a los materiales con los que está hecho. Además cada órgano requiere de una afinación diferente que se realiza una o dos veces al año y que se hace coincidir normalmente con el cambio de estación.
Órgano de la Capilla de Condestables
Díez explica que el órgano de la Capilla de los Condestables se conoce como el más antiguo ya que cuenta en origen con tubos del siglo XVI. Además añade que a pesar de no estar documentado, se dice que el organista representante del humanismo musical del XVI, Antonio de Cabezón, reconocido en toda Europa, puso sus manos en este instrumento, «un organista americano que visitó la catedral se puso frente a este antiquísimo instrumento y se le saltaron las lágrimas», recuerda Díez. Se trata de un instrumento sencillo renacentista, que captó la atención de este músico no por su grandiosidad física sino por su antigüedad y conservación.
Órganos de la nave central: órgano de la Epístola y del Evangelio
Díez explica que al igual que en un barco, derecha e izquierda se tratan como estribor y babor mirando hacia proa, en la nave central de la catedral son el órgano de la derecha, la Epístola. y el de la izquierda, el Evangelio. donde se sitúan colocando la mirada hacia el altar.
Uno frente al otro, es el órgano de la Epístola el que cuenta con dos teclados; el superior y más débil para acompañar la liturgia y el canto, y el inferior dotado de mayor fuerza para potenciar su sonido y situarlo como protagonista. Son 56 notas y una serie de registros que dotan al sonido de diferentes características. Construido por los hermanos Roques, en Zaragoza en 1626, ha sufrido varias reformas dependiendo de las peculiaridades de la época. Este órgano ha quedado como un órgano romántico sinfónico con una afinación temperada, la cual poseen en la actualidad la mayoría de los instrumentos.
Por el contrario, el órgano del Evangelio, que se construyó 10 años más tarde, es un órgano ibérico que posee una lengüetería muy desarrollada y precisa de una afinación atemperada que tuvo lugar a partir de finales del Barroco. Los órganos anteriores a esta época conservan la diferencia de la afinación.
Dos tipos de afinación que hacen que ambos instrumentos no puedan sonar a la vez. Predominio de tubos de madera en el órgano del Evangelio que ofrecen sonidos más cálidos, difieren del sonido más metálico que ofrece el órgano de la Epístola.
Órgano de San Enrique
Conserva el mueble del siglo XVII, hacia 1679, con componentes anteriores, fue restaurado en el año 2000 por el taller de organería de Gerard Grensin.
Órgano de Santa Tecla
Construido por Luis Magaz, quien posee el taller de organería en Madrid (Villaviciosa), se consideraría el más joven de la catedral, ya que aporta su sonido desde el año 2004. Su función es acompañar la liturgia, las misas de los canónigos y las bodas.
La peculiaridad que encarna este órgano en inicio pudo constituir un problema y es que su colocación interrumpe el paso y la actividad en la capilla, además la colocación del músico queda de espaldas al altar impidiendo a éste seguir el acto. Para combatir este problema, Díez alega que se precisó de la colocación de una consola que dirige el órgano a través de una señal de radio que cuando el músico presiona la tecla, ésta envía la señal al instrumento y se produce el sonido. Este mecanismo trae consigo el handicap de unas fracciones de segundo de retardo por lo que la capacidad auditiva y musical del organista que se ponga frente a la consola ha de ser extra.
Fernández afirma que este patrimonio musical precisa de su mantenimiento y conservación por lo que periódicamente se celebran reuniones de canónigos en las cuales se debaten las necesidades de la catedral y de estos antiquísimos instrumentos.
Licencia para tocar
Según José Antonio Calleja, «que sea organista y que lo acredite de alguna forma» son los requisitos que ha de tener la persona que se siente frente a un instrumento de estas cualidades. Además alumnos estudiantes de órgano tienen la posibilidad de tocar con la supervisión de su profesor. El objetivo es «que pierdan los nervios y sepan estar», declara Calleja. El 23 de agosto, tendrá lugar un concierto de la mano de Guillermo Díez, con motivo de las fiestas de San Roque. El sonido de estos históricos instrumentos no tiene intención de parar ya que los amantes de su musicalidad tienen planes para que estos se mantengan en activo.