La mayor inversión acometida con fondos propios del Ayuntamiento en la historia de la ciudad, el Fórum Burgos Evolución, ya copa numerosos titulares, casi todos vinculados a su puesta en marcha. Pero pagar el 60% de una obra de 100 millones de euros ha supuesto una carga para el Ayuntamiento desde el año 2006 que en tiempos de bonanza se pudo soportar, pero que en los tres últimos ejercicios de pago (2012, 2013 y 2014) amenazaba con ser una losa muy pesada.

Tan pesada que podría quebrar todavía más las arcas municipales porque cumplir los plazos de pago firmados implicaba desembolsar 16 millones en tres años, un dinero que la ciudad no tiene. Sin embargo, y tal y como la Junta de Castilla y León acaba de confirmar, finalmente se permitirá al Ayuntamiento aumentar los plazos y pagar anualidades hasta el año 2018.

La financiación del Auditorio se ha afrontado a través de la sociedad instrumental de la Junta Gical, hoy Provilsa, que ha adelantado todo su coste y que, anualmente y desde el año 2006, cuando se firmó el convenio para erigir el Auditorio y Palacio de Congresos de Burgos, ha ido girando letras anuales a la Junta, que afronta el 40% del coste total del complejo, y al Ayuntamiento, que paga el 60%.

En principio el acuerdo podría haberse cumplido sin demasiados problemas por parte de la ciudad, pero se han realizado dos modificados que han implicado un incremento multimillonario del coste de las obras. El último ascendió a 18 millones y sirvió para equipar tanto el Palacio de Congresos como el Auditorio, un trabajo que ya está técnicamente culminado.

La indefinición sobre la necesidad de firmar un nuevo convenio entre ambas partes que incluyera el tercer modificado y que garantizara que la Junta se seguía haciendo cargo del 40% también del sobrecoste generaba cierto ‘pánico escénico’, pues no es ningún secreto que la administración regional tampoco está para pirotecnias presupuestarias. Sin embargo, el borrador del convenio ya obra en poder del Ayuntamiento y el acuerdo para firmarlo es inminente.

Para acelerar la tramitación, el Ejecutivo de Javier Lacalle alcanzó ayer un acuerdo con los tres grupos de la oposición para meter la aprobación del convenio modificado (por segunda vez) en el Pleno que se celebra mañana pero ya fuera del orden del día. Un procedimiento que habla por sí mismo de la urgencia que tiene el Ayuntamiento por zanjar este asunto y poder respirar.

Los nuevos plazos

Entre los años 2006 y 2011 las ‘letras’ anuales pagadas por la ciudad a cuenta de esta dotación superaban con creces los seis millones de euros. Sin embargo, en el presupuesto aprobado para 2012 únicamente figuraba una partida de 2,3, cifra muy alejada de la realidad de la deuda porque restaba pagar 18 millones en los próximos 24 meses (las letras se abonan en el primer trimestre del año).

Ese cambio presupuestario denota que existía acuerdo verbal, pero otra cosa es ponerlo en negro sobre blanco. Y en negro sobre blanco significa que el nuevo cuadro de amortizaciones obliga a la ciudad a pagar 2,3 millones en 2012, 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017 y afrontar un último pago en 2018 de 4,8 millones. Para entonces, y si no hay más cambios, Burgos habrá tardado 12 años en pagar su Palacio de Congresos y Auditorio.