La UE reconoce la marca Chacomena pese a las denominaciones de chacolí

A. Castellanos / El Berrón
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La Oficina de Armonización del Mercado Interior ha desestimado la «oposición» de los productores de chacolí vascos y considera que «no hay riesgo de confusión» con esta marca

En el caserío Iruretagoyena, ubicado en el extremo norte del Valle de Mena, en el barrio de El Berrón, los antepasados de Ángeles Benito vendimiaban desde hace 150 años y tras unos años de abandono del cultivo, Ángeles y marido, Javier Otaola, lo retomaron hace 33 años. En 2012 registraron la marca de sus caldos, al decidir lanzarlos al mercado y dejar de consumirlos solo en casa, pero la Oficina Española de Patentes y Marcas les prohibió usar su nombre comercial, Chacomena, al aceptar el recurso de las tres denominaciones de origen del chacolí vasco y su argumento de que podía crear confusión. Otaola no se arredró, aunque en un primer momento pensó en tirar la toalla, y acudió a la Oficina de Armonización del Mercado Interior de la Unión Europea de la mano de los expertos de Pons Patentes y Marcas. Allí si han reconocido su marca y podrá usarla, no solo en España, sino también en los otros 27 países de la UE.

La resolución dictada hace pocos días por esta oficina desestima la «oposición» nuevamente presentada por las denominaciones de origen del chacolí vasco, que esta vez han sido vencidas por un pequeño productor. La resolución, que las denominaciones de origen pueden recurrir en el plazo de dos meses -aún no lo han hecho-, considera «dos términos completamente distintos Chacolí y Chacomena». Yañade que la coincidencia de las dos primeras sílabas, chaco, «no es suficiente para que se de la existencia de un riesgo de confusión», como alegaban las denominaciones vascas.

Ante esta batalla vencida en medio de la guerra creada alrededor del chacolí, Javier Otaola asegura haberse «quitado de encima un peso muy grande, porque la prohibición de usar la marca era una losa». «Ahora tenemos libertad para presentarla, para hablar y para dar a conocer mi producto», añade. Además, este pequeño productor siente la «satisfacción doble» de haber vencido contra unas denominaciones a las que avala la Administración vasca, mientras que en su caso, «todo ha salido de mi bolsillo». No obstante, en esta ocasión, la Oficina de Armonización obliga a «la parte vencida» a «sufragar los gastos en los que haya incurrido la otra parte en el presente procedimiento».

por tres. La pequeña bodega artesanal de Chacomena, que este otoño almacenará y tratará su tercera cosecha, produce 3.500 botellas, que se multiplicarán por tres en 2015 ó 2016. Para entonces, Javier Otaola espera tener listas para producir las nuevas viñas que plantó y homologó ante la Junta de Castilla y León hace dos años.

En enero de 2102 cuando se hizo pública la prohibición planteada por la Oficina Española de Patentes y Marcas, este productor pedía apoyo a las administraciones. En la Junta de Castilla y León le plantearon que abandonase el uso de la marca Chacomena. Ahora lamenta esta falta de apoyo. Jace pocos días Koldo Madariaga, de las bodegas Término de Miranda, acusaba a la Diputación de Burgos de ralentizar el proceso de creación de las denominación de origen del chacolí de Burgos. Sin embargo, Javier Otaola como los productores de Miranda, sigue luchando por sus caldos y defendiéndolos en el Club Burgos Alimenta de la Diputación, en ferias y en todos los foros a su alcance.