La campaña 2015 de exploración al Pozo Azul de Covanera concluye con nuevos descubrimientos que amplían los límites hasta ahora conocidos. Este año un solo hombre, el británico Jason Mallinson, había afrontado en solitario el reto de ir más allá en este ‘Everest’ del espeleobuceo y el resultado ha sido exitoso al descubrir seiscientos metros de espacio seco y un nuevo tramo inundado. Así, la cueva cuenta ya con seis sifones y varias galerías aéreas intercaladas entre ellos, algunas de las cuales tiene ramales todavía sin explorar.
Mallinson lleva varios años formando parte del equipo de espeleobuceadores que ya ha ampliado varias veces los límites conocidos del Pozo Azul y en esta ocasión con la dificultad añadida de hacerlo sin más compañeros que su propia capacidad de resistencia física y mental para pasar cuatro noches bajo tierra combinando tramos de buceo con otros de caminar entre afiladas rocas.
Con los nuevos descubrimientos, la surgencia de agua de Covanera amplía su longitud hasta más allá de los trece kilómetros, con gigantescos tramos de buceo que obligan a utilizar torpedos para avanzar por ellos (uno tiene más de cinco kilómetros) y que la convirtieron en 2009 en la mayor cueva del mundo con estas características.
La campaña de este año incluía la novedad tecnológica de lo que los propios miembros del equipo han bautizado como ‘el whatsapp del pozo azul’. Se trata de un sistema de comunicaciones que permite conectar con el exterior desde la cueva llamada ‘Tipperary’ situada al final del segundo y enorme sifón.
Ese espacio seco entre cavidades inundadas es el que ha utilizado Mallinson como campo base para pasar la noche, aclimatar su cuerpo, cambiar equipos y afrontar desde allí el fondo conocido de la cueva. La dificultad añadida de estar en solitario hacía conveniente una manera de hablar con la superficie, y con el sistema ‘cave-link’ han logrado enviar y recibir mensajes de texto. En la propia ‘Tipperary’ Mallinson ha explorado también 300 metros más de una galería ascendente. Tras la consecución de este nuevo éxito, los espeleobuceadores del Pozo Azul celebraron ayer en Covanera una nueva campaña veraniega del todo exitosa que sigue dejando abiertos los retos del futuro.
Las expediciones al Pozo Azul se remontan a los años 60 y 70, cuando los hermanos Pedro y Joaquín Plana iniciaron su buceo de forma casi rudimentaria, con los equipos que tenían en aquella época, pero fue a partir de los 90 y especialmente mediada la década de los 2000 cuando vivieron los mayores impulsos de la mano de equipos internacionales de los que forman parte británicos y holandeses, además de especialistas españoles.