Huidobro de Gasóleos ha decidido trasladar parte de su actividad al País Vasco para huir de la caída de un 35% de las ventas que les está provocando el denominado céntimo sanitario, el sobrecoste de 4,8 céntimos por litro de combustible que entró en vigor el  1 de marzo para financiar la sanidad regional. «Desde ese día gano más vendiendo en el País Vasco que aquí y, para colmo, allí el cliente compra más barato que aquí», apunta Rodrigo Huidobro, gerente de esta distribuidora burgalesa, que acaba de abrir una estación en el polígono de Jundiz (Vitoria) y la semana que viene inaugura otra en propiedad en Salvatierra, también en Álava.

El paso dado por Huidobro de Gasóleos lo están repitiendo las grandes operadoras de Castilla yLeón, que han visto como uno de sus principales mercados, el suministro de combustible a las flotas de camiones portugueses con destino a Europa, ha desaparecido. «Las gasolineras que tenemos aquí se han quedado exclusivamente para los clientes de casa y todo el tráfico de fuera es el que hemos perdido. Entiendo que son éstos los que deben dejar impuestos para pagar nuestra sanidad si no, los dos euros de más que pagamos por un depósito se los podíamos dar directamente a nuestros hospitales...», se lamenta Huidobro, quien estima que Castilla y León dejará de recaudar más de 250 millones de euros por esta iniciativa que tilda de «injusta».

La desigualdad fiscal entre comunidades ha tornado más atractiva la inversión en estaciones de servicio de las autonomías vecinas, aunque el País Vasco, además de no aplicar el céntimo sanitario, es la ruta natural de todo el tráfico procedente de Castilla y León hacia Europa. Incluso las facilidades para implantarse son mayores:«Allí tienen clarísimo que cuanto antes te instales, antes recaudan ellos impuestos».

Empleo

El éxito en la comunidad vecina contrasta con el parón sufrido en las estaciones provinciales, una situación que está tocando de lleno a su competitividad y que a la larga «podría tener repercusión en los puestos de trabajo», una deriva que tiene difícil solución por la dificultad de recuperar a los clientes perdidos.

Huidobro de Gasóleos agrupa a una operadora petrolífera, una distribuidora que es depósito fiscal (con capacidad de gravar los impuestos de los combustibles), dos puntos de distribución y cinco estaciones de servicio, en Medina de Pomar, Rubena y Fuentecén, además de las dos vascas.

Esta empresa familiar gestionada por dos hermanos y con 48 empleados en plantilla, comercializa 114 millones de litros de gasóleo al año y genera una facturación en torno de 130 millones de euros.