La afición al cine en formato de gran pantalla sigue muy presente entre los burgaleses y augura un futuro prometedor. Pese al cambio en los hábitos de ocio y consumo, la competencia de las nuevas tecnologías de la información, el paulatino cierre de salas de exhibición, el alza de los precios de las entradas y el castigo del IVA durante los últimos cinco años, medio millón de espectadores dejaron el último año en las taquillas locales casi 3 millones de euros de recaudación, lo que supone la confirmación de cinco años de crecimiento y el dar por cerrado el bache que supuso la crisis económica y la aplicación del 21% de IVAa las entradas (reducido desde el pasado jueves a un 10%).
En este lustro se han acercado a las 19 salas operativas en Burgos (13 en la capital, 5 en Aranda de Duro y 1 en Miranda de Ebro) 70.000 espectadores más que en 2012, cuando el gobierno de turno decidió subir el IVAa la cultura para intentar paliar el enorme agujero del déficit público. El pasado año, según los registros del Ministerio de Cultura, alcanzamos el techo de los 510.628, algo que no se lograba desde hace una década en la que, además, se han sucedido grandes cambios en la forma de consumir cultura audiovisual. Salvo en 2013, cuando la aplicación del recargo de 12 puntos porcentuales sobre el IVA de las entradas supuso un descenso del 21,5% en la recaudación, la tónica en el resto de ejercicios ha sido de crecimiento continuado tanto de clientes como de ingresos en los complejos de exhibición cinematográfica de Burgos.
Hay varios motivos que explican esta evolución: tras el boom de aperturas de salas vivido en los años 90, su número se ha ajustado a la demanda real de la ciudad y de los dos principales municipios de la provincia. Además, ya no se puede hablar de un solo modelo y precio de las entradas sino que éstas se han ido adaptado a los días y horas de exhibición, se han consolidado fórmulas como el día del espectador (lunes), los miércoles al cine, la sesión de noche de los domingos e incluso se han generalizado las exhibiciones en horario de mañana para públicos seleccionados (grupos de escolares, tercera edad, colectivos sociales, culturales o deportivos, etc.) y abordando otros ámbitos como el documental especializado, la ópera, la danza...
De hecho, la bajada del IVA que entró en vigor el pasado viernes no es uniforme en la taquilla y supone una rebaja que va desde los 70 hasta los 30 céntimos por entrada, aplicando los descuentos de cada exhibidor en Burgos.
«Nuestros clientes quieren disfrutar del cine y son exigentes, vengan a ver una película comercial o de corto recorrido», señala Alicia Alonso, gerente de los Cines Van Golem, quien destaca la fidelidad de los amantes al séptimo arte por encima de los costes que supone su consumo y coincide en que la rentabilidad del negocio «mejora» y las perspectivas de futuro son «optimistas».
En los cines de la avenida del Arlanzón, con 26 años de trayectoria, el cliente tipo es mayor de 40 años, aunque también los hay más jóvenes y también más mayores. Son gente que disfruta ante la gran pantalla y en la que la polémica en torno al IVAno ha tenido una gran incidencia a la hora de decidirse por comprar una entrada. «No obstante, la gente estaba pendiente de la bajada y la estaba demandando. Todos los cines vamos a aprovecharla para reducir precios también. Creo que detrás del IVA había más política que coste real para el espectador, la gente no sabía exactamente lo que le suponía...».
Los picos de audiencia en Burgos a lo largo del año se sitúan en torno a los grandes estrenos de las Navidades y los ligados a la ceremonia de los Óscar de Hollywood. También hay afluencia los meses de vacaciones en las escuelas. Este año, el mal tiempo que se ha registrado durante mayo y junio incluso ha mejorado la asistencia a las salas con respecto al precedente.
«Quizá hay una cierta saturación tecnológica en casa y la gente quiere salir para ver películas, venir al cine y relacionarse. No hay nada comparable a la gran pantalla ni al sonido ambiente que se logra en una sala», explica la gerente en los Van Golem quien pone como ejemplo las películas de humor y lo contagioso de las risas cuando se comparten con cientos de espectadores. «Da mucha satisfacción ver a la gente salir de la sesión satisfecha y contenta...».
cartelera. Esta claro que, muy por encima de los impuestos y del clima burgalés, el gran motor de este negocio cultural es la calidad y el atractivo de sus productos. El pasado año, por ejemplo, se exhibieron 233 películas en Burgos, de las que 189 fueron producciones extranjeras que aglutinaron la mayor parte de la recaudación en taquilla (2,2 millones de euros) y de la clientela (389.193 personas).
Bien es cierto que el número de producciones en cartelera ha descendido (hace cinco años se proyectaron 11 más), aunque las grandes pantallas se ocupan cada vez más con otro tipo de oferta, que va desde un ciclo de documentales de montaña, una conexión directa con un concierto clásico en el Royal Albert Hall o incluso los trabajos de fin de curso que realizan los alumnos de Comunicación Audiovisual de la UBU.
Sin embargo, recalca Alonso, pese a la importancia de las grandes superproducciones norteamericanas y las oscarizadas, a veces las tornas cambian. Este año, sin ir más lejos y teniendo como referencia los cines Van Golem, la primera película del ranking es española, Campeones, dirigida por Javier Fesser, que ha alcanzado los 235 pases desde su estreno el 6 de abril, sumando un total de 12.645 espectadores y los 68.600 euros de recaudación. Recuerda en la lejanía el fenómeno que supuso Los ocho apellidos vascos en 2016. Queda muy lejos la segunda, Tres anuncios en las afueras, que se proyectó en 144 pases y alcanzó los 5.919 espectadores y 33.891 euros.
Además, entre las cinco más vistas hay otras dos españolas:Perfectos Desconocidos, de Alex de la Iglesia y La Tribu, de Fernando Colomo, con recaudaciones de 23.500 y 17.258 euros, respectivamente. Cerca de ellas está El cuaderno de Sara, de Norberto López Amado, con más de 16.000 euros.
No obstante, y de cara a las próximas semanas veraniegas, en el horizonte asoma otra superproducción norteamericana de reciente estreno, Jurassic World: El reino caído, que ya lleva 65 pases, con 3.438 espectadores y 18.703 euros recaudados, número que a buen seguro se irán quedando pequeños a lo largo de las próximas semanas.
Las películas con más pases, las más vistas, son, lógicamente, las más rentables para los cines. Aunque hay muchas fórmulas, la mitad del precio de una entrada normal (6 euros) se queda en las empresas exhibidoras. Lo habitual es que las distribuidoras se queden con el 70% de la recaudación la primera semana del estreno y que este porcentaje se vaya reduciendo en secuencias de 5 puntos en la medida que la película aguante una semana más en la cartelera.