A Chika Hayashi le está resultando «mucho más difícil de lo que pensaba» su experiencia en la UBU. Y es que esta joven de 21 años llegó procedente de Tokio en septiembre a estudiar Filología Española, Arte e Historia en la Facultad de Humanidades y asegura que «tiene que repasar mucho para entender las clases» aunque comenta satisfecha que los profesores son «muy amables» y le ayudan «mucho». Por todo ello, su balance es positivo y reconoce que «la experiencia en la UBU me fortalece. He aprendido muchas cosas que no sabía antes».
Es la primera estudiante de la Universidad de Sofía de Tokio que estudia en la UBU merced al convenio de intercambio firmado entre ambas instituciones. Ella estará casi un año; se marchará en julio. En septiembre llegará la segunda estudiante de esta universidad, en la que imparte clases de español la burgalesa Elena Gallego.
«Las clases en la Universidad de Sofía son un poco diferente a las de la UBU. Allí estudiamos los temas de una manera más general, pero en la UBU con bastante más detalle y todo más especializado, así que me toca estudiar muchos más tecnicismos», explica Chika. Y esto último está siendo difícil para ella, pese a que en Tokio cuenta que ha estudiado Gramática Española «muy bien», lo que le está ayudando mucho.
Esta joven estudiante se refiere a Burgos como una ciudad «pequeña y tranquila» en la que la gente es «muy amable» y especialmente le llama la atención comprobar cómo las personas mayores «disfrutan su vida». Como no podía ser de otra manera, también alude a que hace «mucho frío», aunque reconoce que le ha gustado ver la nieve. Pero no todo es favorable: «A veces me aburro porque no hay tantas cosas que hacer como en Japón».
Vive con otras dos estudiantes en un piso; una mexicana y otra estadounidense. Yresume cómo transcurre su día a día de este modo:«De lunes a jueves voy a la universidad y no tengo tiempo para hacer otra cosa, pero los jueves por la noche todos salen de fiesta. Yo no salgo todas las semanas. De viernes a domingo no tengo clases, así que aprovecho para estudiar, descansar, salir con mis amigos, ir de compras y, en ocasiones, visitar otra ciudad o incluso otro país».De hecho, también conoce ciudades como Madrid y Barcelona, e incluso pueblos como Oña. Además, esta Semana Santa aprovechó para viajar al sur de Italia. En España también ha estado en el sur: «Hace dos años fui durante un mes a Málaga a perfeccionar mis conocimientos de español». Desde esa visión que tiene de nuestro país, concluye que le gustan más el paisaje y los monumentos del sur «porque tienen influencias de los árabes y me parecen muy originales».
AChika le resulta también ‘chocante’ la costumbre tan española de dormir después de comer:«Lo que menos me gusta es la hora de la siesta y el domingo porque casi todas las tiendas cierran y pasan menos autobuses», lo que le impide hacer algunos planes.
Ésta es una de las diferencias que destaca respecto a su país y otra es ésta:«Creo que nosotros estamos más preocupados por el tiempo que los españoles. Vosotros, en general, no sois tan puntuales;los japoneses, especialmente los de Tokio, parece que siempre tenemos prisa. Siento que el tiempo pasa tranquilamente en España».
Sobre su futuro, aún no sabe en qué trabajará, aunque sí tiene claro que le gustaría poder usar el español en su día a día. Yes que decidió estudiar este idioma porque quería aprender otro más, además del inglés, y tenía clara su relevancia a nivel mundial.