Los españoles recortan en ocio y se refugian en sus familias en tiempos de crisis económica, según recoge el Barómetro de Diciembre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del que se desprende que la vida familiar es el aspecto que más satisfacciones reporta a los ciudadanos en estos momentos.
Al menos, así lo manifiestan casi las tres cuartas partes de los entrevistados, para quienes el ámbito de las personas más próximas es uno de los dos aspectos que más satisfacción reportan.
Le siguen, aunque de lejos, la salud o forma física, que hace feliz al 28,7 por ciento de los ciudadanos, y las relaciones afectivas que, a juicio de un 20,7 es lo que más llena su existencia.
No obstante, para 15 de cada 100 uno de estos dos aspectos más satisfactorios es el trabajo, frente al tiempo libre disponible que marcacó el 11,6 por ciento de los encuestados.
Mientras tanto, un porcentaje del siete indicó la vivienda y otro de casi seis, destacó su propia formación y nivel educativo.
En cuanto al modo en que la crisis económica está incidiendo en las costumbres de los ciudadanos, el sondeo revela un mayor impacto en el ocio, ya que siete de cada 10 afirmó haber cambiado de hábitos en este terreno y más de la mitad, en lo que respecta específicamente a las vacaciones.
Asimismo, cerca del 70 por ciento modificó sus costumbres en materia de control del gasto en energía o suministros en la vivienda, y un 64,2 por ciento varió sus costumbres en lo que respecta a vestimenta y calzado.
Por contra, tres cuartas partes de los ciudadanos no aplazaron ningún tratamiento médico o dental por la crisis económica y en alimentación, son más los usuarios (en torno al 50 por ciento) que no modificaron sus rutinas que quienes sí reformaron la lista de la compra. Lo mismo ocurre con el transporte, donde aproximadamente el mismo porcentaje no experimentó cambios en sus prácticas para trasladarse.
satisfechos. El informe aborda también la situación emocional de los ciudadanos y concluye que, aproximadamente, la mitad de los ciudadanos están últimamente bastante satisfechos de la vida que llevan, orgullosos de sí mismos, rebosantes de energía y vitalidad y disfrutando mucho de la vida. Con todo, la misma cantidad de entrevistados se encuentra bastante preocupada por «las cosas que les están sucediendo», pero «nada» deprimidos ni solos y poco estresados por la cantidad de cosas que hacer.
Por otro lado, como es costumbre, el Barómetro interroga a los ciudadanos sobre los que a su juicio son los principales problemas del país y, en comparación con los resultados de 2009 -en 2010 se clasificaron por recuerdo de voto-, se han producido cambios en la preocupación por la inmigración y por la violencia sobre la mujer, entre otros.
Así, mientras en 2009 la violencia doméstica era uno de los tres mayores problemas de este país según el 2,7 por ciento de los encuestados y un 0,4 por ciento lo señalaba el primer problema, en 2011 solo el 1,1 lo mentó entre los tres primeros y nadie se refirió a él como principal.