Dan tres meses al Arzobispado para intervenir en la iglesia de Fresno

DB / Burgos
-

El Ayuntamiento 'amenaza' con un expediente de ruina y recuerda que tendrá que asumir los daños que se puedan ocasionar

Numerosos elementos del templo, ubicado en la plaza de la localidad, amenazan con desprenderse. - Foto: DB

El alcalde de Fresno de Río Tirón, Sergio María García, ante la falta de respuesta para corregir la situación actual de la iglesia de San Andrés, ha enviado al Arzobispado un escrito en el que establece un plazo de tres meses para que intervenga en la consolidación del templo o en caso contrario ‘amenaza’ con declarar el inmueble en estado de ruina y actuar de oficio trasladando a los propietarios, es decir a la Iglesia, el coste de todas las actuaciones que se precisen.

En el oficio remitido, el alcalde recuerda que se ha comprobado que «el inmueble está en un estado lamentable de conservación y de absoluto abandono, con el consiguiente peligro para los vecinos colindantes y viandantes». El alcalde indica que el Ayuntamiento es el responsable de la adopción de medidas conducentes a restablecer la normalidad urbanística y que, en cumplimiento de la legalidad urbanística, «puede proceder o no a la incoación del expediente de ruina del inmueble, lo que conlleva en su tramitación el pago de la tasa establecida al efecto, como el coste de todo lo actuado, a instancias del particular afectado por la ruina».

Seguridad

Por todo ello, el alcalde solicita al Arzobispado que «en el plazo de tres meses» proceda a cumplir lo establecido en la Ley de Urbanismo de Castilla y León, en su artículo octavo, que establece que, «los propietarios de los terrenos y de los demás muebles inmuebles deberán mantenerlos en condiciones de seguridad, salubridad, ornato público y habitabilidad según su destino».

Con esta notificación, Sergio María García entiende que el Arzobispado «se da por enterado de sus obligaciones y será el que asuma todos aquellos daños que pueda ocasionar el inmueble». Andrés Picón, vicario general de la Archidiócesis de Burgos, y el administrador, Vicente Rebollo, junto a Víctor Ochotorena, aparejador, visitaron en enero la iglesia para evaluar su actual estado y mantener conversaciones con el Ayuntamiento encaminadas a evitar el más que probable derrumbe. El alcalde planteó demoler el ábside y el crucero, renovando la cubierta de la nave central y reforzando sus paredes, bajando la altura del edificio hasta los ventanales existentes, y así, presentar una nave más sencilla con dependencias individualizadas para su utilización.