Bajan los habitantes en la mitad de los pueblos, según el INE

R. Travesi / Burgos
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Ligero incremento. El padrón recoge 375.657 habitantes en la provincia a 1 de enero de 2011, un 0,22% más que el anterior

Bajan los habitantes en la mitad de los pueblos, según el INE - Foto: Valdivielso

La provincia crece en población pero la crisis ralentiza el incremento que había sido continuado en la última década. Un crecimiento exiguo del 0,22% permite alcanzar la cifra de 375.657 habitantes a fecha de 1 de enero de 2011, la mitad de la subida que hubo a nivel nacional (0,4%). Son 831 personas más empadronadas pero insuficientes para alcanzar porcentajes que se registraron en los años anteriores, con incrementos que en algún caso superaron el 1% e incluso llegaron al 2,1% como en 2008 cuando el padrón subió en unos 8.000 habitantes.

Bien es cierto que, al menos, Burgos logra recuperar la senda positiva porque en 2009 bajó en 800 personas, lo que supuso un descenso del 0,20%. Fue un año en que los efectos de la coyuntura se recrudecieron, lo que obligó a muchos inmigrantes a regresar a sus países de origen o buscar otros territorios en busca de trabajo. Ahora, en cambio, son cada vez menos los extranjeros que eligen la provincia para establecer su residencia mientras que otros han dejado de venir.

Además, los cerca de 376.000 residentes en alguno de los municipios de la provincia permiten alcanzar el récord de población puesto que hasta ahora la cifra más alta fue en 2009 con 375.500 vecinos. Además, Burgos es, junto a Valladolid y Ávila, donde creció el padrón en la Comunidad.

El INE ha hecho público el padrón correspondiente a principios de 2011, una vez que ha cruzado los datos de todas las provincias. De esta manera, puede ofrecer las cifras desglosadas de cada uno de los 371 municipios de Burgos. Un análisis pormenorizado permite constatar que de los 831 empadronados más en la provincia, la mayor parte corresponden a la capital. No en vano, la ciudad de Burgos suma 677 residentes nuevos hasta alcanzar los 179.251.

villalbilla. Un dato revelador que se complementa con las 453 personas que optaron por vivir en los pueblos del alfoz, a escasos kilómetros de la capital. Hablamos de localidades como Villalbilla de Burgos (con 143 habitantes más a lo largo de 2010, al pasar de 1.003 a 1.146) y Arcos (un aumento de 116, hasta los 1.331 vecinos), pero también de Villagonzalo Pedernales (53 más), Alfoz de Quintanadueñas (47), Cardeñadijo (36) e Ibeas de Juarros, que gana 34 vecinos. Pese a estos crecimientos, el Alfoz de Quintanadueñas es el municipio del área metropolitana con más población, con cerca de 2.000 personas, seguido de los 1.600 de Villagonzalo. Todas ellas se han visto beneficiadas de las promociones de vivienda nueva, que han logrado atraer a jóvenes de la capital que cambiaron de residencia para asentarse en un lugar donde el precio del suelo es inferior al de Burgos.

Frente a la atracción de vecinos de Burgos y su entorno, encontramos otra realidad que parece no tener fin como es la despoblación a la que se enfrenta la provincia. Los pueblos, en especial los más pequeños, continúan con la sangría demográfica y uno de cada dos municipios pierde habitantes. De las 371 localidades burgalesas, 184 vieron reducido su padrón municipal. En muchos casos, es un número insignificante como uno o dos vecinos pero una caída al fin y al cabo. La explicación hay que buscarla en un proceso natural de la población porque son más las defunciones que los nacimientos. No en vano, la edad media de muchos de los pueblos burgaleses es elevada.

También hay casos de localidades que pierden vecinos por la falta de oportunidades que ‘expulsa’ a los más jóvenes, no solo a la capital sino a otras provincias de España. Miranda de Ebro, una localidad eminentemente industrial y con pujanza en los últimos años antes de la llegada de la crisis, perdió en el periodo de 2010 más de un centenar de personas. Detrás de esta situación está el descenso de la población inmigrante, al igual que ocurre en Briviesca, que descendió en 166 vecinos. Frente a ellas, la tercera localidad con más población de la provincia -Aranda de Duero- ganó 75 vecinos.

Hay algunos ejemplos sorprendentes como Fresnillo de Duero, en la Ribera, que experimentó un crecimiento de 51 habitantes o los 47 que aumentó Modúbar de la Emparedada y los 34 de Pedrosa de Río Urbel, que aunque no son propiamente el alfoz de Burgos están relativamente cerca de la capital. También, Merindad de Río Ubierna (40 más) y Merindad de Sotoscueva (35) son poblaciones con importantes incrementos, en comparación con sus padrones. El municipio de Valle de Mena en el norte es otra de las excepciones puesto que también aumentó su población en 40 vecinos.

descenso generalizado. La tónica general es que los pueblos pierdan población pero fue algo habitual en otras localidades importantes de la provincia, con un tamaño medio. Salvo Lerma, que contabilizó 28 habitantes hasta las 2.826 personas, y Belorado, que clava las cifras de 2009 (2.140), todos cuentan con una población menor. El descenso más notable es Medina de Pomar, con 86 habitantes menos, a los que siguen Quintanar de la Sierra (una baja de 37 personas), Villadiego (32), Melgar de Fernamental (30), Pradoluengo (29), Trespaderne (29) y Salas de los Infantes (21). Además, Espinosa de los Monteros perdió 14 vecinos, Oña (5) y Roa (2). Casi todas son cabeceras de la comarca en la provincia.

La zona de la Sierra, cercana a Salas, también se resiente en el padrón porque muchos de esos pueblos perdieron población en 2010. Fueron los casos de Quintanar (37 personas menos), Vilviestre (33) y Palacios (12), mientras que Regumiel y Montorio se mantuvieron en cifras similares.

Estos descensos no son óbice para que varíe el número de municipios con entre un millar y 2.000 personas, que continúa en 16. En cambio, aumenta la cifra de localidades con entre 500 y 1.000, que pasó de 32 a 37. En cuanto a los territorios más pequeños, hay 141 pueblos con menos de un centenar de vecinos. Es decir, suponen el 38% del total y que a la vista del último padrón del INE la proyección a corto y medio plazo es que aumenten por los fallecimientos y la ausencia de nacimientos.

Mas de 17.000 extranjeros residen en la provincia con  autorización en vigor

Un total de 10.001 son extracomunitarios, sobre todo marroquíes y ecuatorianos

Es uno de los principales indicadores para conocer la trascendencia de la crisis económica y el mejor termómetro de la actual coyuntura. El número de extranjeros en la provincia con la autorización en vigor es de 17.226 personas, cuando en 2007 había más de 21.000. Es decir, casi un 20% menos. Los más numerosos son los rumanos (2.489) pero seguidos muy de cerca de los marroquíes (2.376) y los ecuatorianos (2.216). En un segundo peldaño encontramos inmigrantes procedentes de Colombia (1.917) y Bulgaria (1.749). Todos los extracomunitarios con papeles suman 10.001 mientras que los procedentes de la Unión Europea son 7.225 personas.

Según los datos de la Oficina de Extranjería de Burgos, entre los 10.001 extracomunitarios hay 2.269 personas (22%) que cuentan con una autorización de trabajo y residencia mientras que el resto, 7.732 inmigrantes (73%), tiene un permiso de residencia. Una de las vías para lograr esta autorización es la reagrupación familiar, una figura a la que se han acogido 2.554 individuos, entre ellos muchas mujeres que llegan a la provincia después de que sus maridos hayan firmado un contrato laboral.

20% menores de 15 años. En cuanto a las edades de los extranjeros que residen en la provincia, es de destacar el dato de que el grueso está formado por personas de entre 31 y 45 años (38%) y que el porcentaje de mayores de 65 es insignificante (40 de entre 10.000 entre los extracomunitarios). En cambio, los menores de 15 años son muchos porque suman el 20% del total.

A estas cifras hay que sumar los permisos de residencia que tienen 212 estudiantes que proceden de países tan lejanos como China (61), Estados Unidos (16), Perú (16) y México (14), entre otros. Obviamente, aquí no están incluidos los que llegan de Europa, que no requieren de ningún permiso para cursar estudios en España.