El Hospital Universitario de Burgos (HUBU) sigue contratando a centros externos para atajar las listas de espera quirúrgicas. El pasado 29 de noviembre el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publicaba una resolución por la que se adjudica al Hospital Recoletas la realización de procedimientos quirúrgicos de Cirugía General y de Traumatología por un total de 462.371 euros. La directora médica del centro, Carmen Rodríguez, indicó que se trata de la segunda parte del plan para reducir lista de espera (la primera costó 491.900) y que también incluye intervenciones de Urología, Otorrinolaringología y Oftalmología. Por otro lado, la Dirección General de Asistencia Sanitaria de la Junta ha ‘resucitado’ un viejo concierto de Insalud con la Clínica Universitaria de Navarra para enviar allí 40 pacientes de Neurocirugía, pendientes de operar de diferentes patologías degenerativas de columna, aunque en este caso, la directora médica no supo precisar el coste que supondrá para la sanidad pública de Castilla y León.
Sobre la primera externalización, Rodríguez reconoció que se trata de procesos menores «aunque no por eso menos invalidantes para los pacientes» que se habían ido retrasando y engrosando la lista de espera quirúrgica porque entraban en el quirófano otras patologías de mayor entidad como los tumores: «En cualquier caso, nuestro objetivo es que los burgaleses tengan el mejor servicio y que sufran los menores perjuicios posibles». En agosto, el Bocyl publicaba la adjudicación, también al Hospital Recoletas, de la realización de 620 intervenciones de Traumatología, Cirugía Vascular y Cirugía General con el coste anteriormente citado de 491.900 euros, por lo que la minuta total se acerca al millón.
Este ‘empujón’ económico con recursos externos del verano pudo ayudar a mejorar la lista de espera ya que los datos del tercer trimestre del año revelaron la reducción en 664 de las personas pendientes de una operación y en 5 días el tiempo medio de espera, unos números que aliviaron algo a la dirección del centro, tensa después de muchos meses de ver cómo crecía la lista.
En el caso de las intervenciones de Neurocirugía que se van a desarrollar en la Clínica Universitaria de Navarra, el problema tiene varios matices. Es frecuente que esta especialidad tenga que llevar a cabo intervenciones muy graves -tumores y hemorragias cerebrales, por ejemplo- algunas de las cuales son de aparición repentina y, por tanto, urgentes, y ocupan durante muchas horas los quirófanos. «Esto impide hacer una programación muy planificada de la patología de columna que no es urgente», precisó la directora médica. Es la razón, por tanto, de que los procesos se vayan quedando relegados.
Esta circunstancia, reconoció Rodríguez, no se puede solventar con los medios propios del Hospital Universitario de Burgos. Y las razones no tienen que ver con Neurocirugía sino con el déficit de personal en el servicio de Anestesiología (siempre tiene que haber un anestesista en una operación) que, además, sufre un alto nivel de presión asistencial porque su trabajo no se circunscribe únicamente al quirófano sino que incluye otras actividades como sedación en resonancias y endoscopias, unidad del dolor o consultas de preanestesia. A esto se le suma la circunstancia de que hay varias personas de baja laboral.
Por otro lado, los anestesistas se han negado a realizar lo que se denomina ‘prolongación de jornada’, el tiempo más allá de su horario laboral que se emplea en terminar una operación, y que, como tal, se tiene que cobrar. Sacyl ya no lo paga, por lo que han decidido no hacerlo.
La directora médica aseguró que «si se hubiera podido evitar un concierto externo se hubiera hecho pero este tipo de cirugía no se hace en Burgos». También, que se está buscando anestesistas para incorporar a la plantilla, algo que es, al parecer, muy difícil por la escasez de estos especialistas a quien la administración, según Rodríguez, ofrecería contratos de larga duración «y con estabilidad».