La detención esta semana de un joven que llevaba dos meses en búsqueda y captura tras agredir brutalmente a su pareja ha situado nuevamente en primera plana un tema que por desgracia nunca deja de ser actualidad: la violencia de género.
Los datos del Observatorio contra la violencia doméstica, organismo integrado en el Consejo General del Poder Judicial, revelan que las agresiones sexistas continúan siendo una lacra difícil de erradicar. En Miranda se registraron 73 denuncias por malos tratos durante el último año, una cifra que supone un 30% menos respecto a los 103 expedientes tramitados hace cinco años pero que lejos de invitar al optimismo evidencia que aún queda mucho camino por recorrer.
El descenso en el número de casos se ha estancado. Así, la estadística permanece casi inalterable desde hace tres años ya que en 2011 se formularon las mismas denuncias que este año mientras que el pasado ejercicio fueron solo dos más.
La estadística tiene dos lecturas, ya que por un lado los protocolos de actuación y las medidas para visibilizar la problemática parecen haber ido perdiendo eficacia a la hora de reducir las agresiones, y, por el otro, todavía son muchas las víctimas que callan su situación por miedo o en algunos casos por la perspectiva de un futuro sin opción de ingresos que les permitan alcanzar la plena independencia, una situación que se ha agudizado con la crisis.
En total, se producen en la ciudad una media de seis denuncias mensuales. La mayor parte de ellas (52) han sido presentadas por la víctima tras la realización de un atestado policial y solo en 15 ocasiones la misma ha estado motivada por una intervención policial directa. En seis ocasiones el expediente se ha iniciado por un parte de lesiones y además, en otras seis, se han incoado ordenes de protección.
Lo que resulta llamativo es que no exista ni una sola demanda presentada por familiares de las agredidas, una vía que a nivel nacional tampoco alcanza aún el 2% de los casos.
Los datos reflejan que las víctimas no responden a un perfil concreto, sino que la violencia de género afecta a mujeres de todas las edades, nacionalidad y clase social.
Resoluciones
Pero si preocupante es el hecho de que se repita el volumen de casos, más lo es que la mayor parte de ellos queden archivados en los juzgados. El 76% de las denuncias presentadas han sido sobreseídas, un porcentaje que coloca a Miranda, con casi 30 puntos más que la media nacional, en el grupo de cabeza de las ciudades que comparten este dudoso honor.
En el último año, fueron sobreseídas 110 causas (algunas acumuladas de otros años), todas ellas por no resultar justificada la perpetración del delito, y solo un 10% de las denuncias presentadas tuvieron sentencia condenatoria, mientras que otro 10% fueron elevadas al órgano competente, una estadística que enciende la alarma sobre la relativa impunidad que ampara a los agresores.
Las cifras cobran más relevancia si se las compara con las que contabilizan el resto de partidos judiciales de la provincia. Por ejemplo, en Burgos fueron archivados la mitad de los expedientes (54%), mientras que en Briviesca el porcentaje se eleva hasta el 59%. Aranda de Duero y Villarcayo, con un 33% se sobreseimientos, se sitúan por debajo de la media nacional en este sentido. En cualquier caso, todas ellas están varios puntos por debajo de Miranda.