La pérdida de tráfico en las carreteras se atenúa con una caída del 1,1% en 2013

G.G.U. / Burgos
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La intensidad media que soporta cada día la red viaria que depende del Estado sigue por encima de los dos millones de coches

Se calcula que cada día circularon 22.000 coches menos que en 2012. - Foto: Ángel Ayala

La red de carreteras del Estado siguió perdiendo tráfico en 2013, pero menos que en años anteriores y, a falta de que el Ministerio de Fomento publique los datos definitivos, ya se puede hablar de una caída de apenas un 1,1%. De hecho, la intensidad media diaria de coches y camiones por las principales calzadas estatales que atraviesan la provincia sigue estando por encima de los dos millones de vehículos. En el caso de las dos grandes vías de comunicación de la provincia, en la A-1 se redujo el tráfico de manera considerable (más de un 8%) a la altura del aeropuerto de Villafría y en el kilómetro 228, en Sarracín, poco antes de la incorporación a la carretera de Soria. Por la autopista de Burgos a Armiñón (Álava) siguieron circulando menos coches, pero la caída en 2013 fue inferior a la registrada en los dos años anteriores: un 4,25% frente a un 7,82% en 2011 y al 8% de 2012, cuando se aplicó una subida de los peajes de más del 7,5%.

La constante escalada de precios de los carburantes y de las carreteras de pago, sumada al empobrecimiento generalizado de la sociedad española, tuvo repercusiones significativas en las carreteras porque empezó a racionalizarse un poco más el uso del vehículo particular. Sin embargo, analizando con detalle las estadísticas relativas a las intensidades medias diarias de coches y camiones por las carreteras se comprueba que la dinámica generalizada todos los años es que lo que se pierde en una vía determinada se recupere en otra porque el uso del coche particular está muy arraigado en la cultura española. Es decir, el hecho de que cada vez sea más caro ir en coche a Briviesca o a Miranda no significa que uno se plantee dejar de acudir a esos lugares o que vaya a desplazarse más en transporte público. No. Simplemente, se cambia la autopista por la nacional. Y, de hecho, la estadística refleja que el tráfico que se pierde en la carretera de pago se gana en la nacional, aunque no sea de manera proporcional.

Así, con los datos relativos a 2013 en la mano se comprueba que la AP-1 perdió un 4,25% de tráfico con respecto al que se registraba en las mismas fechas de 2012, pero la N-I tuvo una cantidad de tráfico que superaba en un 2,7% al del año anterior, cuando también fue superior. De hecho, hace poco más de medio año que la Plataforma de la N-I encargó un estudio que reveló que la densidad de coches que circulan por esta carretera triplica a la registrada en la nacional que conecta a la capital con Aguilar de Campoo (N-627) y duplica a la de la carretera de Logroño (N-120).

Una de las quejas que con más frecuencia exponen tanto miembros de esta plataforma como vecinos de los pueblos atravesados por la N-I o usuarios de la carretera es que el progresivo incremento de los peajes ha llevado muchos más camiones a la nacional. Y la estadística oficial revela que si bien es cierto que no hay grandes fluctuaciones de tráfico pesado ni en la autopista ni en la nacional, esta última siempre soporta muchos más camiones que la AP-1. A veces, casi el doble. Es lo que ocurrió, por ejemplo, en los meses de enero y febrero de 2013, cuando la intensidad media de camiones en la autopista fue de 2.810 y 3.066 y, mientras, por la nacional a la altura de Briviesca pasaban 4.438 y 4.575 vehículos pesados.

En julio

Pero para comprobar hasta qué punto ha influido el peaje en el tránsito diario por esta carretera basta con mirar las cifras registradas en el período vacacional por excelencia: julio y agosto. En el primer mes de vacaciones la N-I soportó una densidad media de 9.711 vehículos (el máximo del año), lo cual supone un incremento del 1,7% con respecto al año anterior. Por la autopista, en cambio, circularon 3.194 coches y camiones de media al día (también su pico del año), pero en este caso supuso una reducción del 7,48% con respecto al tráfico de julio en 2012.

No obstante, esta no fue la caída de tráfico más alta del año en la autopista que conecta Burgos con Álava. Por encima de todo llama la atención una reducción del 22,20% registrada en abril y que puede atribuirse a que el año pasado la Semana Santa coincidió con el último fin de semana de marzo y en 2012 fue el primer fin de semana de abril, por lo que, como es lógico, hay un desfase de desplazamientos. Y, de hecho, los datos relativos a marzo revelan un incremento de tráfico del 6,45%, la única subida del año.

El Ministerio de Fomento realiza estas estadísticas sobre el transporte por carreteras con los datos que aportan unos sensores colocados en distintos puntos de las calzadas sobre las que es responsable. Así, puede haber casos en los que una misma carretera presente disminuciones acusadas en un punto e incrementos en otro que puede estar situado muy cerca. Ocurre, por ejemplo, en la A-1 a la altura de los puntos kilométricos 228,40 (en Sarracín, antes de la incorporación a la carretera de Soria), donde 2013 se cierra con una disminución del 8,2% de la densidad media diaria, y en el kilómetro 235 de la A-1, a la altura del Hotel Landa, donde hay un incremento del 9,5%.

Otros puntos de la A-1 en los que se contabiliza la densidad diaria de coches son el 228,40 (a la altura de Sarracín), el 239,45 (a la altura del cruce con la BU-30), el 246 (aeropuerto) y el 191,70 (Bahabón de Esgueva). En este último también hubo un ligero incremento del tráfico, concretamente, de un 1,2%.

También hay datos sobre la carretera a Santander (la N-623), en la que se hacen mediciones a la altura de Ubierna (caída del 5,7%) y Arija (caída del 0,1%); sobre la carretera a Espinosa (N-629), con una subida del 1,2%; la carretera a Soria (N -234), a la altura de Salas (reducción del 0,5%) y de la autovía a Valladolid (A-62) a la altura de Buniel (disminución del 2,1%).