En los últimos días, un total de 71 empresas burgalesas han firmado su nuevo contrato de la luz derivado de la subasta agrupada de energía impulsada desde FAE y nueve patronales más, que reunió a un total de 918 compañías y que finalmente se adjudicó Iberdrola Clientes. Tras acometer las cuentas a nivel local durante la pasada semana, este trabajo ha sacado a la luz -nunca mejor dicho- los costes por encima del mejor precio de mercado que estaban pagando muchas pequeñas y medianas empresas por su electricidad, la mayoría de ellas (un 75% de las participantes) «por desconocimiento y mala gestión» de la que es una de sus principales facturas.
De esta realidad da fe el hecho de que finalmente se ha logrado un ahorro medio de 1.630 euros al año entre los participantes de la provincia, una cantidad económica muy elevada y que variará de uno a otro dado que la horquilla local de descuentos para un año de consumo oscila entre el 2% y el 46%.
La media global de ahorro en la provincia es del 17% con respecto a la última factura entregada por los participantes en FAE, en números redondos un total de 116.000 euros, descuento por encima del 12,29% logrado por el conjunto de las empresas participantes (que suman un ahorro conjunto de un millón de euros).
Según explica Gustavo Sánchez, el técnico que ha coordinado esta iniciativa desde FAE, tan solo 17 de los participantes locales en la subasta han alcanzado ahorros por debajo del 10%, lo que indica que la factura de la luz que ha regido su actividad en el último año estaba razonablemente ajustada a los precios del mercado vigentes. La mayoría de estas empresas, detalla, contaban en su plantilla con un experto en este campo o tienen el apoyo de un gestor energético externo, una figura que lleva 20 años implantada en Europa y que en España apenas suma 3 de actividad.
Las 17 son una excepción. Hasta 36 empresas han alcanzado ahorros entre el 10% y el 20%;13 compañías entre el 20 y el 30%; y 5 entre el 30% y el 40%. Siendo positivos los descuentos cosechados (de hecho un 25% de los participantes suman más de un 20% de rebaja), también revelan que los contratos que regían el consumo de estas firmas eran manifiestamente mejorables o no habían sido revisados en los últimos años.
Recordemos, además, que por este proyecto impulsado inicialmente por la patronal alavesa SEAse interesaron otras 150 empresas locales más, aunque quedaron fuera de la subasta las tarifas de baja tensión 2.0, finalmente descartadas. La pregunta que queda en el aire es si estas pymes pagan un precio acorde al mercado...
Complejidad
«Hay muchas empresas que no revisan bien su facturación, que pagan sin saber realmente lo que pagan...». Y esto lo hacen, para colmo, en uno de los países con los precios energéticos más elevados, que ocupa el cuarto puesto en el ránking de precios industriales.
«En una factura hay muchos conceptos y cada comercializadora los explica de una forma diferente. Hemos visto una gran confusión entre energía, potencia contratada, alquiler de equipos, costes...», afirman desde FAE, que insiste en los beneficios de las subastas agrupadas de energía y su incidencia en los precios finales cuando en las mismas pujan hasta 17 comercializadores, como en la última. De hecho, ya se plantea realizar un subasta anual que fije un precio por debajo del precio medio de mercado, hasta un 20% de descuento. Asimismo, se prevé entrar en el ámbito del gas.