«En las crisis es cuando hay que expresarse de verdad»

M.J.F. / Briviesca
-

Javier Ariza • Actor y payaso

El actor, siempre con las maletas a cuestas. - Foto: DB

Es briviescano y con tan solo 29 años acumula una interesante trayectoria profesional dentro de las artes escénicas. Su pasión por las tablas arrancó muy pronto. A los ocho años ingresó en la Escuela Municipal de Teatro de la capital burebana dirigida por el actor Javier Rey y aunque en un principio todo parecía un juego, algo se le removió por dentro. Pensó que quería hacer lo mismo que el director, viajar y conocer otras culturas. Ariza asistió al centro diez años y también fue alumno de la Escuela Municipal de Música.

Javier Ariza, actor briviescano al que hace bien poco se le ha podido ver actuando en el festival Escena Abierta de Burgos, está en plena gira con su compañía Teatro entre Escombros que le llevará hasta escenarios de Praga, Oxford y Chile. El joven habla para los lectores de DB sobre sus proyectos y sus ilusiones.

Hace casi dos años, montaste compañía propia….

Sí, se llama Teatro entre Escombros y la he formado con la actriz británica Amy Gwilliam a la que conocí en París, estudiando en la École Internacional du Theatre Phillipe Gaulier. Es un lujo de intérprete que además ha trabajado como directora y dramaturga en Cambridge y Londres y ha investigado sobre los textos clásicos destacando su conocimiento sobre la obra de Shakespeare, Beckett o Brecht.

Ella es británica y tú español, ¿en qué idioma hacéis vuestros espectáculos?

En los dos, según el lugar en el que actuemos.

¿Qué obras tenéis en cartera y por qué ciudades habéis pasado?

El Topo y la lombriz, un cuento subterráneo y Fuga per canonem, estrenada hace menos de dos semanas en el festival Escena Abierta de Burgos. Algunas de las ciudades en las que hemos estado han sido Londres, Baxton Málaga, Granada, Valladolid...

¿Qué caracteriza a vuestros trabajos?

Intentamos hacer un teatro tragicómico, jugamos con los mitos y las fábulas y lo llevamos a espacios escénicos alternativos. El ‘Topo’, que se sitúa en una cueva, lo hemos representado en un castillo, una bodega, un sótano y la ‘Fuga’ ha sido concebida para ser representada en un cabaret y un faro.

Tú tenías vida artística antes de Escombros...

Sí, claro. He trabajado con varias compañías de teatro, circo y animación y con la ONG Payasos sin Fronteras integrada por payasos, músicos, artistas circenses y cuya misión es llevar risas a lugares donde hay lágrimas. De momento, he trabajo en once países distintos: España, Portugal, Francia, Reino Unido, México, Sahara, Guinea, Namibia, Palestina, Kosovo y Líbano.

Supongo que lo de Payasos sin Fronteras deja marca...

Hay experiencias inolvidables, muy sensibles, como trabajar delante de niños cuyos padres han muerto el día anterior por sida, en Namibia o estar en el Sahara y tres días después de la función, ver tu mismo espectáculo interpretado por varios niños como cuando aquí la gente imitaba a Chiquito o José Mota.

Háblanos de tus proyectos.

Los más inmediatos son seguir con el proceso de distribución de Teatro entre Escombros, crear un espectáculo de calle y mudarnos a Barcelona para trabajar con otra gente.

¿Cómo afecta la crisis económica a vuestro trabajo?

Montamos la compañía en 2010, después de la crisis y todo el mundo nos dijo «pero dónde vais ahora, con la que está cayendo» y desde entonces hemos creado dos espectáculos. Se han creado muchos más espectáculos desde que hay esta crisis, la gente investiga mucho más y no tiene miedo a expresarse. Es ahora cuando hay que expresarse de verdad y decir que esto de la crisis solamente lo han provocado unos… mamarrachos y nosotros, los ciudadanos no tenemos culpa ninguna de que los bancos hayan jugado con nuestro dinero. Lo que creo que existe es una crisis política; hace tiempo que los políticos han dejado de tener credibilidad para la población y en materia cultural, pienso que estamos a años luz de países como Francia o Alemania.

Por último, ¿cómo es tu contacto con Briviesca actualmente y qué buenos recuerdos guardas de la ciudad?

No voy mucho y cuando lo hago voy a ver a la familia y a los amigos. A nivel cultural, creo que se está descolgando poco a poco y se está muriendo más y más. Me parece triste que no se utilice lo que tiene para convertirlo en un pueblo que prospere. En otras localidades de tamaño similar se utiliza un modelo diferente para hacer que la inmigración esté unida, que no haya discriminación y que se use como algo educativo. Y me parece una pena que todo el desarrollo industrial que ha habido en Briviesca no se haya canalizado bien y ni siquiera se ha construido un teatro. En cuanto a los mejores recuerdos, pues los amigos, la Escuela de Teatro, la Escuela de Música y el Instituto de Secundaria donde estudié.